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Vacunarse o “morir” de pobreza

 

  • Lancelot Digital
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    Las cuentas estaban claras, si la población de Lanzarote estaba vacunada al setenta por ciento en verano, y la pandemia se controlaba, muy mal se nos tenían que dar las cosas para que no se pusiera en marcha el inicio de la recuperación turística insular. Buenas noticias, sobre todo tras dejar atrás un año de parálisis casi absoluta desde el punto de vista económico y unas temporadas de verano y de invierno prácticamente en cero turístico.

     

    Las instituciones se fueron marcando sus tiempos y trabajando en herramientas tan útiles como el pasaporte de vacunación, clave en la tan esperada recuperación turística. Esas eran las previsiones, pero ahora, sin embargo, lo que muchos se están planteando, al haber llegado al mes de abril con tan sólo un seis por ciento de los canarios vacunados, es si será posible hacer la proeza de vacunar al 63 por ciento restante en el escaso tiempo que queda.

     

    La lentitud en la llegada de las vacunas a Canarias y, en realidad, a todo el país, fue la primera piedra en el camino de la vacunación. Los profesionales sanitarios de la isla están preparados para poner hasta mil vacunas diarias y, por lo que nos jugamos todos, están más que dispuestos a dar el do de pecho en una carrera agotadora que ya está durando demasiado. Sin embargo, las vacunas llegan con cuenta gotas y, lógicamente, no pueden poner más de las que tienen.

     

    Cuando parecía que comenzaban a llegar con más ligereza a las islas, surge la polémica de AstraZeneca, diversos casos puntuales repartidos por Europa, llevan a los expertos a cuestionarse si no sería mejor parar la vacunación con esta vacuna concreta. Se para durante unos diez días, nuevo varapalo a la campaña de vacunación que finalmente se retoma incluyendo incluso a la población de hasta 65 años para esta vacuna que, según la OMS, no es en absoluto problemática. ´

     

    Pese a todas las dudas expuestas por los expertos, Torres, consciente de lo que nos jugamos en ello, no dudaba en reiterar en el debate sobre el Estado de Nacionalidad canaria que Canarias está "preparada" para lograr el objetivo de la inmunización del 70% de la población contra la Covid-19 este verano. Y aseguraba que en lo que queda de marzo y abril llegarán más de 336.000 dosis de Pfizer, AstraZeneca y Moderna, a las que pronto se unirán las de Janssen, lo que permitirá a la comunidad autónoma administrar hasta 30.000 dosis al día.

     

    Todo el mundo lo tiene claro que la vacuna es la salvación. Lo que nadie sabe es cómo se va a conseguir la famosa inmunidad de rebaño a este ritmo desesperante. Estamos antes los efectos de una guerra mundial y en cambio combatimos el virus con tanta pachorra que da la sensación de que políticos y funcionarios no se han dado cuenta realmente del alcance económico y social de la crisis del coronavirus. Con tirachinas no se gana esta batalla. Hay ser capaces de vacunar como sea cuando estén las vacunas, como si hay que ponerse a vacunar las 24 horas del día, los siete días de la semana y ampliar el campo de los profesionales que puedan inocular el suero. Esa es la única forma de no perder otro año a manos de la pandemia.

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