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Sergei Dogadin y la Orquesta de Lituania reparten su música por toda Canarias

El recorrido será la próxima semana por escenarios de La Palma, Tenerife, Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria

 

  • Lancelot Digital
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    El Festival de Música de Canarias afronta su segunda semana con una gira de conciertos de la Orquesta de Cámara de Lituania (LCO), uno de los tesoros culturales de ese país báltico, embajadora de su música y reconocida como uno de las mejores formaciones camerales del mundo. Hará un recorrido por La Palma, Tenerife, Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, acompañada del brillante violinista ruso Sergei Dogadin en el lugar de Sergej Krylov, que finalmente no podrá estar este año por motivos de salud.

     

    El recorrido será muy intenso y comenzará el martes 18 en el Teatro Circo de Marte, en La Palma. A partir de ahí, ofrecerá un concierto casi cada día. El miércoles estará en el Auditorio de Tenerife, el jueves en el Teatro El Salinero, en Lanzarote; el viernes en el Palacio de Congresos de Fuerteventura y el domingo en el Auditorio Alfredo Kraus de Gran Canaria. Las entradas se pueden comprar a través de la web del festival (www.icdcultural.org/fimc) o en las plataformas de venta habituales de estos espacios.

     

    En la notable historia de la Orquesta de Lituania, que se inició en 1960, destacan un centenar de actuaciones con maestros de la altura de Rostropovich o Yehudi Menuhin, quien afirmaba sobre este conjunto: “Se inspira en una idea de música pura. Para ellos no es solo una profesión o un entretenimiento, lo es todo”.

     

    Aquel grupo de jóvenes entusiastas, dirigidos hasta 2004 por Saulius Sondeckus, continuaría creciendo con la llegada en 2008 de Sergei Krylov (concertino y director), una asociación musical que los críticos consideran “armoniosa y conspiradora” y que se ha mantenido en el tiempo.

     

    Sergei Dogadin

     

    Si con ocasión de la 34 edición del Festival era Krylov quien sustituía a Pinchas Zukerman, aquejado de problemas de salud, ahora es él quien se ve obligado a ausentarse de la cita. Su lugar lo ocupará un joven talento: Sergei Dogadin, brillante violinista de la escuela rusa que se ha establecido con una sólida carrera internacional como solista y músico de cámara.

     

    Ganador de 10 Concursos Internacionales, cabe destacar el Primer Premio del XVI Concurso Internacional Tchaikovsky (2019), que le valió tocar junto a Valery Gergiev y la Mariinsky Orchestra, así como su participación en los grandes festivales clásicos del verano. Además, ofreció conciertos con la Tokyo Symphony Orchestra y Norichika Iimori, y diversos recitales. Asimismo, ha compartido conciertos con la mayoría de orquestas rusas.

     

    Apasionado de la música de cámara, Dogadin ha actuado, entre otros, en el Festival Grafenegg 2021 con Denis Kozhukhin y lo hace regularmente con músicos de renombre internacional.

     

    Toca un violín Domenico Montagnana de 1721 prestado por Rin Collection en Singapur.

     

    La crítica ha dicho sobre él: “Sergei Dogadin, que se sabe prodigio, muestra sus destrezas y nos sorprende con el hábil manejo de su instrumento”; “Fue entonces, para crédito de Dogadin, que su actuación evitó cualquier sensación de virtuosismo llamativo, optando en cambio por contrarrestar una sprezzatura ligera con una expresividad seria, casi filosófica”; o también: “La entrada en solitario de Dogadin en el Concurso Internacional de Violín de Singapur fue impresionante, como si le dijera a su público: “Me escucharéis y me escucharéis bien”.

     

    Acerca del programa

     

    El programa, dedicado a composiciones para violín y orquesta, se abre, de manera acertada, con la pieza ‘Luz distante’, del compositor lituano Peteris Vasks, compuesta entre 1996 y 1997 para Gidon Kremer y su Kremerata Baltica. Un concierto para violín y orquesta de cuerda de estilo meditativo y etéreo sobre un fondo dramático. Música poseedora de un lirismo de carácter romántico y además de un gran poder expresivo.

     

    De Nino Rota sonará el Concierto para arcos, en cuatro movimientos, que este compositor de míticas bandas sonoras para el cine (Guerra y paz, Noches blancas, Rocco y sus hermanos, El Gatopardo, Romeo y Julieta o El Padrino I y II) dedicó al prestigioso conjunto I Musici.

     

    También figura en el programa ‘Meditación’, de Jules Massenet, un bello intermezzo de su ópera Thais. Aunque este compositor no sea uno de los grandes operistas de todos los tiempos, en sus obras se desprende una enorme maestría para acompasar el teatro musical. Esta pieza en concreto está considerada entre las obras más bellas de la música clásica.

     

    Y cierra este concierto la obra Aires gitanos (acaso sería más preciso hablar de aires zíngaros), del español Pablo Sarasate, quien introdujo distinción, encanto y refinamiento en el arte de la ejecución violinística. Se estrenó en 1877 en la ciudad alemana de Leipzig y está considerada una de las obras más importantes de su catálogo y de las pocas que no tenía una relación directa con España.

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