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¿Cómo preparar el "gin tonic" perfecto?

 

La moda del 'gin-tonic' ha sido toda una revolución, pero ha llegado demasiado lejos: Un buen 'gin-tonic' sólo necesita hielo, ginebra, tónica y un cítrico

  • Lancelot Digital
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    Hace veinte años el gin-tonic era una bebida que sólo consumían señores mayores, periodistas y alcohólicos. Muy poca gente joven se acercaba a esta bebida amarga, fuerte y poco agradecida, en la que no se podía elegir absolutamente nada. Los bares contaban si acaso con dos o tres marcas de ginebra –Larios, MG y, quizás, una botella de Beefeater o Bombay– y una de tónica, siempre Schweppes. Pero entonces, como por arte de magia, llegaron las ginebras premium (la primera, con bastantes años de diferencia, la Bombay Shapire), las copas de balón, las bayas de enebro y, como en toda moda, la estupidez.

     

    Los bares vieron que había un filón y empezaron a cobrar auténticas barbaridades sólo por añadir a tu combinado unas pielesde limón y un trozo de fresa deshidratada. “Veníamos del gin-tonic mal hecho: en vaso de tubo, con malas proporciones, sin aromatizar… Pero entre eso y el gin-tonic macedonia hay un paso intermedio”, explica Sergio Estévez, experto bartender, director de LOConsulting, y autor del libro Gin-tonic para dummies (Planetadelibros). “Se están haciendo las cosas mucho mejor que antes, pero a veces la innovación, o intentar rizar demasiado el rizo, provoca que en vez de hacer un buen combinado se haga uno malo”.

     

    Estévez cree que la moda del gin-tonic ha sido toda una revolución en la hostelería, pero ha llegado demasiado lejos: “Un buengin-tonic se puede hacer sencillamente con hielo, ginebra, tónica, un cítrico y un buen recipiente. Nada más”. Y ha explicado qué pasos debemos seguir para hacer lograr la perfección.

     

    1. Elegir un buen vaso

     

    Para Estévez, uno de los grandes errores que se pueden cometer (en el que incurren el 90% de los bares españoles) es servir el gin-tonic en vaso de tubo. “El vaso de tubo no sirve ni para beber agua”, asegura el bartender. “Es muy deficiente en muchos sentidos. Tiene una capacidad muy pequeña, de sólo 30cl. No entra todo el hielo. Siempre lo coges con toda la mano y calientas la bebida. Y la boca es tan estrecha que no te permite disfrutar de los aromas”. “El vaso de tubo”, explica Estevez, “sólo responde a una necesidad de los bares, que buscan un recipiente que se pueda almacenar al máximo y que no ocupe mucho a la hora de limpiarlo. Pero esto, asegura, va en detrimento del consumidor”.

     

    Lo ideal es usar una copa de balón o, en su defecto, un vaso ancho, del tipo que se usan parasidra. Estos recipientes, explica Estévez, son buenos por tres razones: 

     

    Tienen una gran capacidad, unos 60 o 70 cl, que nos permiten que quepa todo el hielo, toda la ginebra y toda la tónica.

     

    Tienen la boca ancha, que nos permite percibir los aromas y sabores del gin-tonic mucho mejor.


    La copa de balón tiene pie, lo quenos permite coger la copa sin calentar la bebida, algo que es muy importante (este es el único requisito que no cumple el vaso ancho

     

    2. Elegir un buen hielo

     

    El hielo es mucho más importante de lo que creemos para hacer un buen gin-tonic. Según explica Estévez, tiene que cumplir tres características básicas: ser grande, gordo y duro. “El hielo tiene que enfriar la copa, no aguarla”, sentencia el experto. “Cuanto menos contacto haya entre la bebida y el hielo, mejor. Así se mantendrá durante más tiempo y se fundirá lo menos posible. Si se funde, nos va a aguar la bebida”.

     

    Debemos utilizar un hielo industrial, de los que venden en gasolineras, supermercados o tiendas de conveniencia, que se realiza a muy baja temperatura y con agua osmotizada. Esto nos asegura que el hielo cristaliza muy rápido y tarda mucho en fundirse. “Me da mucho miedo el hielo hecho en casa”, reconoce Estévez. “Tiene varios problemas. En el congelador el hielo se forma muy lentamente, los cristales son grandes y el agua del grifotiene sales sales minerales, por lo quese funde muy rápido; y en el congelador hay olores. El agua se impregna muy rápidamente de los aromas, del pescado mayormente”.

     

    3. Servir el hielo

     

    Vale, no debemos ser rácanos con el hielo, pero ¿cuánto tenemos que usar? “Hay que utilizar el sentido común”, explica Estévez. “Debemos poner suficiente hielo para que la copa esté fría, pero no tanto como para dificultar la bebida.

     

    Estoy harto de ver auténticos gin-tonics iceberg, en los que sobresale el hielo por encima de la copa. Los primeros tragos los das con miedo. Con 3 o 4 piezas de hielo es más que suficiente”.

     

    4. Elegir una ginebra

     

    Aunque hoy en día es muy difícil escoger una ginebra entre la inmensa variedad que encontramos en bares y bodegas, lo cierto es que, a efectos prácticos, todas son muy parecidas (al menos en lo que respecta a la elaboración de un buen cóctel). “Una ginebra no deja de ser un vodka aromatizado”, explica Estévez. “La ginebra y el vodka tienen el mismo origen: un alcohol neutro que sólo sabe a alcohol. La gran diferencia es que la ginebra está aromatizada con enebro y otros aromas añadidos”. Y esto último es lo que diferencia una ginebra de otra: la receta de ingredientes aromáticos escogidos. Estévez clasifica las ginebras secas (que son las que se usan en el gin-tonic, y representan la práctica totalidad del mercado) en cinco familias, dependiendo de su sabor:


    De corte clásico – donde abunda el enebro–: Seagram´s, Plymouth, Tanqueray…


    Cítricas: Tanqueray Ten, Van Gogh, London #1, Larios 12…


    Especiadas: Magellan, Brecon, Citadelle…


    Herbales: Gin Mare, Blackwoods…


    Afrutadas o florales: G’Vine Floraisson, Fifty Pouns, Geranium…


    Dentro de estas familias, las diferencias son muy sutiles. “Lo que no tiene sentido”, asegura el experto, “es tener cuatro ginebras en casa con el mismo perfil aromático”. Hay que tener en cuenta, también, que la palabra premium se la da a la ginebra el propio fabricante. No es un sello de calidad, sólo un indicativo de que cuesta más. La mayoría son buenas, pero la elección la tiene que realizar cada uno, en función de sus gustos. Ahora bien, con las ginebras de toda la vida se puede hacer también un buen gin-tonic. Leer más 

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