El Grifo primera bodega europea que realiza la vendimia
Es la segunda vez que El Grifo se sitúa como la bodega europea que realiza antes que ninguna la vendimia. Esta vez fue a mediados de febrero y el resultado es una edición limitada de 2.262 botellas
El año pasado fueron 3.600 botellas las que recogían el preciado resultado de una gesta vitivinícola. Es decir, todo lo que, en boca, nariz y vista expresaba el vino fruto de la primera vendimia de invierno realizada antes que en ningún otro lugar de Europa. Y es que los trabajos en la vid se iniciaron y desarrollaron durante el invierno y la uva se vendimió el 6 de abril de 2022. Animados por el resultado cualitativo y por todo lo que implica como aprendizaje frente al cambio climático, en El Grifo repitieron la hazaña y he aquí el resultado: 2.262 botellas, esto es, una preciada edición limitada digna de coleccionismo, que sale al mercado a un precio de 38,20 € por botella.
La uva, tanto en la primera como en la segunda ocasión, es malvasía volcánica. En el primer proyecto de experimentación cuyo objetivo era cambiar el ciclo de la vida, participó un solo viticultor, Francisco Raimundo, a través de su finca Playa Quemada, en el término municipal de Yaiza y situada en cotas bajas de la isla y donde las temperaturas sufren muy poca variación. Esto resultó idóneo para cambiar el ciclo de vida de la vid y que, entre marzo y abril, estuviera en el punto adecuado de maduración. Su ejemplo animó a nuevos viticultores y en la vendimia de invierno de 2023, se han sumado más parcelas ubicadas en otros puntos de la isla: Norte, Geria, Playa Quemada, Cuchillo y Masdache.
Si en 2022 la recogido de la uva de forma manual tuvo lugar el 6 de abril, esta vez se adelantó al 15 de febrero de 2023. Precisamente porque es la naturaleza la que marca el ritmo y determina el punto adecuado de maduración.
Sorprendente en todos los sentidos
Vendimia de invierno 2023 a la vista es amarillo pajizo, limpio y brillante. En nariz, domina el carácter varietal de la malvasía volcánica con aromas como la rosa, azahar, corteza de naranja, guayaba y ligeros aromas a cereza, también a guindas provenientes de la fermentación intracelular al que se sometió el vino. Además, se aprecian aromas vegetales cómo el hinojo o el eucalipto.
Su carácter sorprendente también se confirma en boca. Es muy complejo y con un profundo paso. Destaca la salinidad, que recuerda a su origen y la cercanía al océano Atlántico. También recuerda a esos aromas maduros que se perciben en nariz, sobre todo el albaricoque.
Fresco, con volumen y un final amplio, este vino blanco poderoso confirma que este proyecto de investigación, liderado por la bodega más antigua de Lanzarote y su asesor Xabier Kamio, avanza en la dirección adecuada. No es solo una forma de encontrar prácticas alternativas sostenibles que respondan a la realidad de la viticultura en Lanzarote, entre ellas, las elevadas temperaturas en julio y agosto, sino también una vía para elaborar vinos sumamente interesantes, de carácter más fresco y que expresan el territorio, la cultura de la isla y sus particularidades.
Si en la primera vendimia de invierno se actuó en 2.500 metros, en 2024 se espera hacerlo en media hectárea. Y es que tras comprobar cómo se comportaron los viñedos y constatar el resultado cualitativo, que ha vuelto a superar las expectativas, nuevos viticultores creen firmemente en este futuro sostenible que ya no es lejano. Se trata de aprender cómo se puede elaborar el vino cuando cada zona lo demande y el profundo conocimiento de los viticultores es tan importante como el del equipo de enólogos.