Lunes, 15 Diciembre 2025
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El proyecto ha costado 15.867 euros y su objetivo es que sirva de “llamada de atención” para los turistas

 

Yolanda Téllez

Foto: Jesús Betancort

 

El contenedor que desde este jueves hace de taquilla y tienda del Castillo de San José ha hecho mejorar las ventas en su primer día, según ha asegurado el consejero delegado de los Centros Turísticos, José Juan Lorenzo.

                     

Así, parece que se consigue lo que desde los Centros Turísticos era el objetivo, provocar “una llamada de atención” para los turistas.  “Había una inquietud de que el museo empiece fuera, no dentro, porque gran parte de la obra escultórica está en el exterior”, ha apuntado Lorenzo.

Además, con ello se hace más visible la tienda, que “se había quedado pequeña” y que desde ahora se ubicará en este nuevo espacio, desapareciendo de su interior.

 

Lorenzo ha explicado que la obra ha costado 15.867 euros y ha sido montada por trabajadores del Cabildo, bajo la dirección del estudio de arquitectos de Blanca Fajardo. Respecto al contenedor, en concreto, “no ha costado nada”, pues fue adquirido hace años por el departamento de Cultura para utilizarlo como biblioteca itinerante, pasando ahora al inventario de los Centros Turísticos.

 

El contenedor, en un principio, iba a estar ubicado en otro espacio del entorno del Castillo de San José e iba a tener unas dimensiones mayores, pero Patrimonio estimó que debía ser menor y estar ubicado donde ahora se encuentra.

 

El delegado de los Centros Turísticos ha defendido el proyecto, que se inició en anteriores legislaturas y ahora ha culminado, al contar con el visto bueno de Patrimonio. “Entendemos las críticas, porque es un tema fácilmente opinable. Las respetamos, pero es una cuestión estética. El mejor criterio es el de Patrimonio y cuenta con la máxima garantía”, ha señalado

 

Su creadora, Blanca Fajardo, también se encuentra satisfecha con la obra. “Creo que va a ser una buena solución y las cuestiones estéticas son subjetivas”, ha apuntado la arquitecta, añadiendo que “es un recurso empleado en otros espacios arquitectónicos y es algo efímero que no daña el entorno”.

 

Y es que, hay que recordar que este espacio cuenta con una autorización de Patrimonio para un año, prorrogable por seis meses, ya que en este espacio, según ha recordado José Juan Lorenzo, “no se puede hacer una intervención fija”. “Por eso nuestra idea era trabajar este elemento muy usado, que es temporal y se puede mover. Nosotros pedimos que fuera de cinco años, pero Patrimonio entendió que 1 años 6 meses prorrogables era suficiente”.

 

 


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