Domingo, 14 Diciembre 2025
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Ezequiel Navío, asesor medioambiental y ex-director de Adena Canarias, cuenta cómo se logró solucionar un gran problema para el ecosistema costero de las islas

 

  • Lancelot Digital
 

 

La imagen típica que en los años 90 y principio de la década del 2000 se veía en las playas situadas en la vertiente norte y este de Lanzarote de bañistas, turistas o lanzaroteños, quitándose como podían restos de piche fresco de los pies, prácticamente ha desaparecido.

 

De hecho, desde hace unos 15 años ya casi es una anécdota. Y posiblemente se deba, entre otras cosas, a la presión de Adena Canarias, conjuntamente con otros organismos canarios, españoles y europeos, realizó, así como a la creación del sistema de control satelital Ergos, tal y como señala el asesor medioambiental de la Presidencia del Cabildo, Ezequiel Navío. “Se empezó a experimentar con imágenes de satélites en directo para identificar los vertidos de petróleo, ahí nace el operativo Ergos y, a partir de ahí, la Agencia Espacial Europea desarrolla el MARCOAST”, que es un sistema satelital más preciso para detectar los vertidos, y y, posteriormente, en 2007, la Agencia Europea de Seguridad Marítima creó el Programa CleanSeaNet, que es un programa permanente de toda la UE para detectar vertidos de hidrocarburos”, explica.

 

Navío recuerda que hace unos 20 años, los buques en general y los petroleros en particular, limpiaban sus bodegas en el tránsito por el Atlántico. “Los vertidos empezaban desde Finisterre, desde el propio Estrecho de Gibraltar o incluso desde las Islas con las operaciones de limpieza de tanques que generaban unas estelas que las corrientes y los alisios, terminaban llevando a Canarias de manera permanente y con muchísimo volumen de piche”, señala.

 

Gracias a esos sistemas se lograron identificar a petroleros que echaban sus restos contaminantes al mar en los alrededores de Canarias. “Ahora la vigilancia es mucho más estrecha, las multas son mucho mayores y el conjunto de todas esas acciones, no solo las de Adena, supusieron una inmensa labor de equipo. Gracias a instituciones europeas y científicas se pudieron ir controlando los vertidos de esos buques que deliberadamente limpiaban sus tanques”, explica. “Del año 2000 al 2002 detectamos 148 vertidos deliberados de petróleo en el entorno de Canarias, y eso se estuvo produciendo durante décadas”.

 

Aunque todavía se producen algunos vertidos en el Atlántico, casi ya son anecdóticos y esto ha beneficiado al ecosistema de las aguas y costas de las islas. “Hay que tener en cuenta que las islas más afectadas eran siempre Lanzarote y Fuerteventura, sobre todo las zonas del norte y noreste, que era dónde impactaban en primera instancia, y gracias a esta labor, cada vez tenemos las costas y la fauna mucho más sanas”.

 

 

 

Hoy muchas generaciones, las que hoy tienen 20 años, no conocen que antes las bolas de piche inundaban nuestras costas y era un gran problema.


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