Jueves, 11 Diciembre 2025
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Unas 2.000 personas se manifestaron en Lanzarote para denunciar el impacto del crecimiento turístico en los servicios públicos y el territorio

 

  • Lancelot Digital
  • Jesús Betancort

 

El movimiento ciudadano que surgió hace un año en Canarias bajo el lema del 18-M, en contra del modelo de crecimiento turístico y la presión sobre los recursos del archipiélago, ha perdido intensidad en su convocatoria este 2025, aunque sigue presente como expresión del malestar social ante los efectos del turismo masivo. En Lanzarote, unas 2.000 personas salieron a la calle este domingo —aunque la Policía Local rebaja la cifra a 1.500— para denunciar el colapso de los servicios públicos, la degradación de los espacios naturales y la falta de políticas que limiten el modelo expansivo actual.

 

 

Bajo pancartas con lemas como "Canarias tiene un límite" o "Esto no es progreso, es despojo", la protesta recorrió las principales calles de Arrecife. Las personas manifestantes señalaron directamente al modelo turístico basado en el crecimiento sin planificación como responsable del encarecimiento de la vivienda, la presión sobre los recursos hídricos, la congestión de infraestructuras y la pérdida de identidad cultural. Este movimiento, nacido de colectivos ciudadanos y ecologistas, ha calado especialmente en sectores jóvenes y profesionales precarizados.

 

 

A nivel regional, las cifras de participación fueron similares. En Gran Canaria se concentraron unas 3.000 personas y algo más en Tenerife. En Fuerteventura, sin embargo, la protesta tuvo una menor respuesta, con alrededor de 500 asistentes. Aunque con menor asistencia que en 2024, las movilizaciones del 18-M de este año evidencian que el debate sobre los límites del crecimiento turístico sigue siendo un tema candente en las islas.

 

La otra cara de la protesta: Lanzarote Loves Tourism tapa pintadas contra el turismo

 

El colectivo Lanzarote Loves Tourism ha salido este domingo a cubrir con pintura blanca los mensajes contrarios al turismo aparecidos en espacios públicos, como la rotonda de San Bartolomé en dirección a Zonzamas. En un comunicado difundido por redes, aseguran que "amar Lanzarote también es protegerla" y que las pintadas con mensajes como "No al turismo" no representan a quienes "aman esta tierra" ni son una forma legítima de reivindicación. Desde el grupo subrayan que Lanzarote “tiene un límite, pero también una responsabilidad”, y defienden una respuesta desde el respeto y la acción positiva.

 

 


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