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Binter une aún más a Lanzarote y Fuerteventura con Madeira

 

Lancelot en colaboración con la empresa aeronáutica y Canariasviaja.com ha querido conocer de cerca Funchal

 

  • Lancelot Digital
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    Desde el pasado sábado tanto Lanzarote como Fuerteventura están unidas a Madeira en un viaje directo de poco más de una hora y cuarto. Un nuevo impulso que Binter ha dado en su campaña de expansión internacional para unir nuestro archipiélago con destino de gran interés.

     

    En este sentido, Miguel Ángel Suárez, director comercial de marketing de Binter, señala que “Lanzarote es un mercado para Binter muy importante, desde el punto de vista interinsular, nacional e internacional. Una parte importante de nuestros pasajeros provienen de Lanzarote y tocaba poner una ruta directa entre estos dos archipiélagos”.

     

    Lancelot en colaboración con Binter y Canariasviaja.com ha querido conocer Madeira en este cómodo y rápido vuelo, acompañados por su excelente tripulación. Nos subimos al avión y hacia Funchal vamos.

     

    El vuelo fue un visto y no visto y en menos de una hora y cuarto estábamos aterrizando en las proximidades de Funchal.

     

    Claro, una vez en Madeira, este equipo de Lancelot Televisión quiso descubrir las maravillas de esta isla macaronésica. Su capital, Funchal, es toda una demostración de limpieza, orden, mantenimiento y una combinación de modernidad y tradición coloreada de un verde intenso.

     

    Una visita tradicional es el mercado dos lavradores, destacando su lonja o pescadería donde se puede encontrar las variedades canarias, viejas, cabrillas o antoñitos con su famosa Espada una especie de merluza autóctona de gran profundidad

     

    Como en todo buen viaje, la gastronomía local juega un papel importante y si bien la espada y otros pescados son elementales en la dieta isleña, sin embargo, el rey de los manjares son las espetadas una especie de pincho o brocheta de grandes dimensiones que se cuelga en un artilugio en la propia mesa y se comparte entre los comensales.

     

    Entre las atracciones turísticas está sin duda subir las empinadas cuestas de Funchal hasta el barrio del Monte en el teleférico

     

    Una vez allí, es habitual en una tradición ya centenaria bajar los dos kilómetros de cuesta en los conocidos como carreiros do monte, una especie de trineo con patines de madera y un pequeño habitáculo para dos personas construidos de mimbre. Es divertido y ciertamente excitante. No pudimos evitar el montarnos en uno de ellos.

     

    Otra de las visitas habituales es llegar hasta Cabo Girao, el que es considerado como uno de los miradores con más altura del mundo.

     

    Por supuesto, no podemos olvidarnos de que estamos en la tierra de Cristiano Ronaldo, desde el Aeropuerto ya se ve su figura y en Funchal es muy visitado el Museo en el mismo hotel que lleva su nombre.

     

    Gastronomía exquisita

     

    Acudimos a cenar en nuestra última noche al Central Grill, un entrañable restaurante especializado en espetadas y carnes, donde Dani su propietario hizo de anfitrión e incluso nos llevó a unas espectaculares fiestas populares en Cámara de Lobos, una localidad pesquera que reunía a miles de personas entorno al concierto del grupo Calema.

     

    De ahí fuimos a Ponta do Sol, donde es habitual pasar por debajo de la Cascado Dos Anjos.

     

    Ya en nuestra última mañana aprovechamos para conocer las calles de Funchal, una ciudad modélica por su limpieza, grandes casas restauradas y enormes jardines y zonas verdes. Una ciudad increíble y un lugar maravilloso que visitar.

     

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