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Cabrera Medina y Grupo Rosa, los Ertes más grandes de la isla

Las dos empresas suman unos 2.000 trabajadores que se verán afectados por el cierre de actividad ante la crisis del coronavirus

 

  • Lancelot Digital
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    A Cabrera Medina, uno de los principales grupos empresariales de capital lanzaroteño, dedicado al sector del automóvil, venta y alquiler de vehículos, no le ha quedado más remedio que acudir a un Erte para poder “salvar” la empresa ante el parón en seco de la economía y el cierre obligatorio por el decreto de Alarma de Estado.

     

     

    Casi el 90% de la plantilla de este grupo que lidera los hermanos Pedro y Mamerto Cabrera, se ha visto afectado por la obligación de la empresa de parar la actividad, lo que supone que  a unos 1.350 trabajadores se les haya aplicado el despido temporal hasta que se acabe el Estado de Alarma.

     

    La otra gran empresa empleadora de Lanzarote, de capital genuiamente local, el Grupo Rosa, que lidera Juan Francisco Rosa, también se ha visto obligada a llevar a un Erte a la mayor parte de los cerca de 900 trabajadores de sus empresas. Sobre todo afecta a sus negocios turísticos por el “cierre” obligado sus hoteles en concreto el Hotel Princesa Yaiza, con una plantilla cercana a los 500 trabajadores, así como el Hotel Fariones y Apartahotel  Fariones.

     

    Tanto Cabrera Medina como el Grupo Rosa esperan poder recuperar sus plantillas lo antes posible pero reconocen que va a ser difícil que sea al día después del levantamiento del Estado de Alarma.

     

    Esperan que el Estado adopte otra serie de medidas que permitan a las empresas el sostenimiento futuro de los empleos y no verse abocadas a los despidos por falta de actividad económica.

     

    Como a estos dos grandes empleadores les ocurrirá a la mayor parte de las empresas lanzaroteñas que han utilizado el mecanismo de los Ertes. La mayoría no podrán mantener a sus trabajadores porque la actividad de sus negocios no se recuperará de la noche a la mañana, sino que será hará, en el mejor de los casos, de forma paulatina.

     

     

    La presidenta de Asolan, Susana Pérez, reconoció que, al menos en el sector alojativo, se verán afectados entre seis y ocho mil trabajadores ya que a las empresas nos les quedará más remedio que enviarlos al desempleo hasta que realmente se recupere la actividad. Y eso se calcula que, en el mejor de los escenarios, sería a partir del mes de julio cuando de manera progresiva se podría empezar a abrir las instalaciones alojativas de las islas y empezar a recuperar las plantillas de manera gradual.

     

     

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