Domingo, 14 Diciembre 2025
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El aumento del número de contagios en ese país durante los últimos días ha llevado a los expertos que asesoran a Johnson a pedir que aumenten las restricciones 

 

  • Lancelot Digital/El País
  • Cedida

 

El Reino Unido ha decidido mantener en la lista ámbar, con mayores restricciones de viaje, a todos los países de la UE, España entre ellos. El Gobierno de Johnson ha incrementado incluso su cautela, al sacar a Portugal de la lista verde para sumarlo al resto de destinos del continente, según han adelantado varios medios británicos. El aumento del número de contagios en ese país durante los últimos días ha llevado a los expertos que asesoran a Johnson a pedir que aumenten las restricciones de viaje. El nuevo listado entrará en vigor dentro de una semana, para dar un plazo prudente a los turistas que ya se encuentran allí para planear su regreso. Se trata de un duro golpe para la industria turística, que tenía puestas sus esperanzas en una revisión más flexible de la normativa de viajes impuesta por la pandemia. Ni Baleares ni Canarias, a pesar de las expectativas creadas en las últimas semanas, han sido incorporadas a la docena de destinos donde los británicos ya pueden planear unas vacaciones.

 

Los viajeros residentes en el Reino Unido que se desplacen a cualquier país incluido en la lista ámbar tienen que pagar al menos tres PCR en su retorno, así como cumplir una cuarentena obligatoria de 10 días. Siempre es posible reducir ese tiempo de aislamiento si se contrata una PCR extra al quinto día del regreso y el resultado es negativo. Además, Downing Street ya ha dejado claro que no recomienda viajes no esenciales a esos destinos, y ha desalentado a cualquier ciudadano que estuviera planeando reservar ya sus vacaciones. Esto tendrá un impacto negativo en el sector, ya que muchas empresas y turoperadores planificaban su vuelta a la actividad a partir de mitad de mes. Con esta decisión, todo se retrasa.

 

La Moncloa lleva semanas trabajando con Londres para entrar en la ansiada lista verde, al menos los territorios insulares, un hecho que permitiría la llegada de los turistas británicos sin cortapisas. Para facilitar estos viajes, España ya publicó el 21 de mayo en el Boletín Oficial del Estado (BOE) una orden en la que incluyó al Reino Unido en la lista de países y regiones especiales cuyos residentes no se ven afectados por la restricción temporal de viajes no imprescindibles a la Unión Europea. Es decir, los británicos, principal mercado emisor de turistas a España (en 2019 fueron 18 millones de los más de 80 millones de visitantes), pueden entrar en el país sin restricciones desde el 24 de mayo. Para completar el círculo, solo falta que Downing Street ascienda a España a la lista verde, algo que se esperaba para esta actualización.

 

Sin embargo, la moneda ha vuelto a salir cruz, algo que ya comenzó a deslizar el Ejecutivo de Pedro Sánchez en los últimos días. “Parece difícil que amplíen la lista verde con las diferencias internas que están teniendo con la desescalada. Pese a ello, estamos convencidos de que para final de mes sí estaremos, entre otras cosas gracias a la tendencia a la baja de la incidencia acumulada en nuestro país”, sostienen fuentes ministeriales. El Reino Unido tiene actualmente una incidencia acumulada a 14 días de 62 casos por 100.000 habitantes, muy baja comparada con los 118 de España del miércoles.

 

El sector turístico, por su parte, esperaba esta apertura de Londres como agua de mayo. De hecho, que no vengan los británicos supone que la campaña de verano cambie su inicio y los negocios retrasen sus aperturas. “Muchos establecimientos van a retrasar el inicio de actividad hasta final de mes como mínimo”, explica José Luis Zoreda, vicepresidente del grupo de presión turístico Exceltur. Desde que el Reino Unido levantó el veto a los viajes fuera del país en mayo, algunas zonas de España ya han recibido a parte de estos visitantes, aunque son muy pocos todavía (los que tienen una segunda vivienda en el país, principalmente).

 

El Gobierno y el sector esperan que coincida una mayor apertura del Reino Unido con la entrada en vigor del nuevo certificado sanitario europeo, que está planteado para el 1 de julio. Con este factor, así como la posible entrada de los viajeros de todo el mundo que ya estén vacunados con pauta completa (con alguno de los medicamentos aprobados por la EMA o por la OMS), España espera que la recuperación de esta industria coja cuerpo y la reactivación de la economía en general sea más vigorosa.

 

Este es el plan trazado desde La Moncloa para tratar de recuperar un sector fundamental que está en horas bajas. En 2019, antes de la pandemia, el turismo iba a toda mecha: generaba más del 12% del PIB y casi un 13% del empleo. Sin embargo, el año pasado perdió casi un 80% de las llegadas y de los ingresos del turismo internacional. Una debacle que ha arrastrado al conjunto de la economía. La previsión del Gobierno para este año es que se alcance el 50% de los niveles del año previo a la covid, aunque la brecha abierta en la primera mitad del año —hasta abril la caída es del 91,4% respecto al mismo periodo de 2019, según el INE— pondrá difícil alcanzar esta meta. El momento clave es la campaña de verano, ya que entre junio y septiembre se decide la mitad del PIB turístico del año, y por el momento su inicio se va a retrasar.


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