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Celia Medina: “En clase respondemos mucho a la pregunta: cómo me siento hoy”

La directora del estudio de baile asegura que en el centro aprender a hablar con el cuerpo y, de esta manera, poteniar la autoestima, la creatividad y los valores

 

  • Lancelot Digital
  • Jesús Betancort
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    La danza no es solo comunicación y estética, también puede ser terapéutica y un canal para conocernos mejor. Cómo iniciar ese viaje a nuestro interior es la tarea que ocupa a Celia Medina, empresaria y emprendedora PAEM (Programa de Apoyo a la Mujer Empresaria) que tutela la Cámara de Comercio de Lanzarote. Su estudio de baile emocional ubicado en San Bartolomé es el contexto en el que potencia la autoestima, la creatividad y los valores.

     

    ¿Qué te lleva a expandir la disciplina de la danza emocional?

     

    Yo descubrí que la danza era una terapia para mí, y trabajo en esa dirección desde que regresé a la isla hace seis años. Me apoyo en la creatividad y en las emociones para que mis alumnos disfruten mientras se conocen mejor.

     

    ¿Te ha sorprendido la respuesta de los alumnos?

     

    Sí, porque hay mucha gente que necesita conectar consigo misma y tener un espacio para liberarse del estrés o de las angustias.  Es verdad que ha habido una muy buena aceptación, porque enseñamos a bailar, pero desde ese enfoque más personal.

     

    Es un enfoque holístico, que vincula mente y cuerpo, ¿qué beneficios tiene para los niños?

     

    En los niños tiene un efecto increíble en le desarrollo de su personalidad. Trabajar en equipo, y los valores, nos ayuda mucho, por ejemplo,  hacer que un niño tímido pueda sacar sus emociones es una experiencia muy gratificante. En clase respondemos mucho a la pregunta: cómo me siento hoy.

     

    Claro, porque a veces la comunicación no tiene que ser solo verbal

     

    Exacto. El movimiento es una manera de poner los sentimientos en valor, y además es más efectivo, porque sale de una forma natural a través del movimiento libre. Nosotros hablamos con el cuerpo, cuando gesticulamos, así que no es difícil sacar a flote lo que somos si nos dejamos llevar. Le damos permiso a nuestro cuerpo para que se sienta libre y sea a través de él como nos damos cuenta de lo que nos hace felices o nos angustia.

     

    Dirigido a todas las edades

     

    En el estudio de danza “Celia Medina” hay tres niveles de aprendizaje: adultos, baile moderno y contemporáneo. Los niños de 4 años ya pueden iniciarse en la danza creativa y aprenden a bailar a través del juego. “Somos diferentes profesores y nos coordinamos para que todos trabajemos en esa linea del bienestar y placer expresando emociones”, explica Medina. Encontrar nuevas formas de reflexión y conexión con uno mismo a través del vínculo cuerpo-emociones y transformar la energía vital en creaciones que dinamizan el espíritu son algunos de los objetivos que persigue la danza terapéutica o emocional.

     

    Apoyarse en los otros

     

    Celia es un ejemplo de emprendedora capaz de superar obstáculos a partir de un buen asesoramiento que encontró en la Cámara de Comercio. Lleva 4 años con el estudio de baile y ha logrado afianzar su linea de negocio. “La verdad es que esos profesionales han sido una guía, porque inicialmente estaba muy perdida”, asegura Medina. Desde el principio, esta emprendedora considera imprescindible contar con las herramientas adecuadas “para construir y dar forma a una idea”.

     

     

     

     

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