Ciudad Deportiva, comisaría de Policía improvisada por la inmigración irregular
Lanzarote ya no cuenta con infraestructuras del Misterio del Interior para albergar en la isla a las personas que llegan en pateras
- Lancelot Digital
La parte superior de la Ciudad Deportiva de Arrecife se ha transformado en una improvisada comisaría de policía para albergar a los inmigrantes irregulares llegados en pateras este fin de semana.
La falta de infraestructuras en Lanzarote para la acogida de inmigrantes al desaparecer desde hace unos meses las dos naves, una en Playa Honda y otra en San Bartolomé, obliga a buscar soluciones sobre la marcha cuando llega una avalancha de pateras, tal y como ocurrió este fin de semana con siete pateras que llegaron a la isla con más de 120 inmigrantes.
Al Cabildo de Lanzarote no le ha quedado más remedio que ceder las instalaciones de la Ciudad Deportiva al Ministerio del Interior para poder acoger a esos inmigrantes mientras se hace los trámites administrativos correspondientes de identificación y realización por parte de la Sanidad Canaria de las pruebas PCR.
Una vez realizadas esas pruebas aquellos que dan negativo, la mayoría, son derivados generalmente al Cento de Internamiento de Fuerteventura, con capacidad para más de 500 personas.
Para aquellos que dan positivo, el Cabildo de Lanzarote en coordinación con la Sanidad canaria, han dispuesto una pequeña instalación en el municipio de Tías.
A los menores no acompañados que den negativo en las pruebas PCR contra el Covid 19, se les traslada a los albergues del Cabildo de Lanzarote, sobre todo al ubicado en el antiguo albergue de la de La Santa.
La situación se está complicando por momentos, según fuentes cercanas a la policía y a diversas Ongs. No sólo porque hay que derivar gran parte del esfuerzo policial y sanitario a los inmigrantes que llegan, sino porque se descuida algo la vigilancia del resto de la población. Sobre todo, cuando la llegada de los inmigrantes irregulares se producen de manera tan excesiva: siete pateras en dos días.
