Continúa el conflicto entre propietarios y okupas en Playa Blanca
Además de los problemas de convivencia, la situación está afectando al desarrollo urbanístico de la zona
- Lancelot Digital
Las imágenes que llegan desde Playa Blanca muestran cómo varias urbanizaciones aún a medio construir se han convertido en refugio de okupas. Propietarios y empresas dedicadas a desocupar viviendas aseguran que algunos de los ocupantes muestran una actitud desafiante cuando se les intenta impedir el acceso a estas propiedades.
Javier Lemes, representante de Lanzaokupa, afirmó que en la zona conocida como Villas Camelódromos había doce viviendas ocupadas. Tres de ellas llevaban entre ocho meses y dos años en esa situación, mientras que el resto habían sido ocupadas en las últimas semanas. Según su versión, muchos de los ocupantes no utilizan las casas como morada habitual, sino que mantienen otra vivienda mientras intentan “revender” las ocupadas por unos 6.000 euros. “Hay vídeos donde se ve claramente”, aseguró, añadiendo que incluso habían ofrecido hasta 10.000 euros a algunos para que abandonaran los inmuebles.
Lemes explicó que en un primer intento se trató de negociar, ofreciéndoles trabajos y alojamiento pagado temporalmente. Sin embargo, señaló que una de las mujeres que reside en las viviendas “mueve el cotarro” e impidió cualquier avance. Pese a ello, indicó que ya han logrado recuperar cuatro de las doce viviendas.
En varios vídeos grabados por los propios propietarios se observa cómo se allanan inmuebles, se retiran objetos de su interior e incluso se producen amenazas. Lemes afirmó que uno de los jóvenes que grabó imágenes recibió amenazas hacia él y su hija, y que han presentado denuncias por usurpación, amenazas e intención de dañar vehículos. También aseguró que en algunas de las casas viven hasta diez personas y que la Guardia Civil ha comprobado que ciertos inmuebles estaban siendo utilizados únicamente para su supuesta reventa.
Otro de los aspectos que preocupa a los propietarios es la presencia de menores en viviendas que, según Lemes, no reúnen condiciones de habitabilidad. Explica que muchos de estos inmuebles carecen de baño o de instalaciones básicas, y que algunos han improvisado sistemas precarios, con bolsas de residuos y defecaciones vertidas en los alrededores.
Además del conflicto de convivencia, la situación está afectando al desarrollo urbanístico. La ocupación está retrasando proyectos de finalización de obra y, con ello, la incorporación de nuevas viviendas al mercado en un momento en el que Lanzarote sufre una grave escasez habitacional. Para los propietarios, este retraso agrava uno de los principales problemas actuales de la isla.