Domingo, 14 Diciembre 2025
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Semanas atrás el Consejo Insular aprobó proponer al Consejo de Caza de Canarias el calendario de la nueva temporada para su aprobación definitiva. La propuesta, que habilita dos días para la perdiz, ha despertado el malestar en sectores de cazadores y de ciudadanos sensibilizados con la conservación del patrimonio natural.
Aunque ha suavizado la propuesta inicial de la Sociedad de Cazadores, no deja de ser desafortunada en cuanto, previsiblemente, tendrá graves efectos sobre la conservación y reproducción de la perdiz moruna, actualmente afectada por la alta mortandad que sufrió la temporada pasada y, más decisivamente, por la extrema sequía del invierno.

Inicialmente ya es alarmante que en Fuerteventura, tan paralela con Lanzarote en ciclos naturales, hayan decidido no cazar esta temporada. ¿Cuáles son las razones barajadas por el Consejo Insular para no coincidir con la decisión majorera? ¿Qué informe técnico justificativo han manejado? Contestar estas preguntas llevan; bien a argumentar la decisión con la publicación de datos convincentes, o bien a imponer la rectificación por exigencia del interés general.

Preservar las especies cinegéticas silvestres es en última instancia asunto público. La caza, a estas alturas de desarrollo histórico y en territorios abiertos, se justifica básicamente por ser instrumento al servicio del interés general para el control de las especies cinegéticas; niveles de población no perjudiciales al mismo tiempo garantizar la reproducción de las mismas. Consecuentemente la caza está subordinada al interés público comenzando por las propuestas de calendario que hagan las sociedades de cazadores.

Lamentablemente no se ha actuado respetando esta idea rectora; ni la representación pública ha actuado como garante de los intereses colectivos, ni la Sociedad de Cazadores ha representado los intereses objetivos de los cazadores. Una Sociedad, la de cazadores, mal gestionada y con graves dificultades económicas que quizás ha empujado a sus dirigentes a un “salvador” afán recaudador para cuyo éxito es decisiva la apertura de la veda, aunque sea irresponsablemente.

Sin embargo, los poderes públicos aún están a tiempo de subsanar el desatino sustituyendo la flojera del sin rigor y el acomodo por la resuelta defensa de los intereses generales. Es de lo que se trata nomás.

Gonzalo Guayota


PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
×