Domingo, 14 Diciembre 2025
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“A veces una Fundación puede dar prioridad a unos aspectos materiales y políticos, por encima de los valores esenciales del artista”

 

  • Lancelot Digital
 

 

 

-Domingo, por empezar un poco por el principio. ¿Cuándo y en qué circunstancias conociste a César?

-Desde niño conozco a César, de toda la vida, por la cercanía de Taro de Tahiche a la casa de mi familia. Dos personajes, vecinos y amigos de la zona- aparecen sus casas en el Libro LANZAROTE. Arquitectura inédita. César Manrique,- me aproximaron más a él, Don Julio Blancas padre, en cuya finca, en aquel entonces tenía diferentes cultivos, entre ellos tabaco, aunque poseía otras casas y terrenos en la isla. Así como Domingo Padrón, que trabajaba en el Cabildo, y en ese momento se encargaba de hacer las voladuras para horadar, y para conectar las cinco burbujas volcánicas en la casa de César. Tengo un recuerdo extraordinario de pasear y jugar, por los huecos horadados aún sin terminar, que comunicaban los espacios. Se conoce que algo llamó poderosamente la atención a César. Siempre le agradeceré, qué viera en mí unos valores, y un futuro, y que me permitiera estar viviendo y aprendiendo de su trabajo como creador y artista, durante muchos años.

 

 

- ¿Fue él quién te inspiró tus estudios de arquitectura?

-La primera inspiración me la dio sin duda Lanzarote. Por las tardes cuando salía del colegio, ayudaba a mis abuelos en Tahiche, cuando la ocasión era oportuna, albeábamos y pintábamos la casa, sobre todo cuando se celebraba la Fiesta del Apóstol Santiago, pintábamos la mayoría de los vecinos con cal las casas, que traíamos de las caleras de la Villa de Teguise. Mi abuelo Francisco de Tahiche, me enseñó como mezclar la tierra con agua, para elaborar barro y mezclarla con la paja de trigo y cebada, que utilizábamos para cubrir los techos. Traíamos la tierra de Guatiza o Nazaret, y la mezclábamos jugando con los pies, para hacer la masa, y cubrir los techos. Aplicábamos este mismo sistema en los pajeros, para cubrir y proteger la parte superior. Desde luego Lanzarote me ha inspirado en la preparación de mi ensayo de

“Arquitectura del Oxígeno”, utilizando materiales naturales, respetando el entorno, y manteniendo la recuperación, y la no construcción.

 

Recuerdo con mi hermano Marcelo, qué ayudábamos a limpiar los aljibes a los vecinos amigos, más mayores de Tahiche. Observaba cuando descendíamos, la estructura interior arqueada de piedra volcánica labrada, que me fascinaba, y también sobre todo aprender lo que significa el valor inconmensurable del agua.

 

Por supuesto César también me ha inspirado. La admiración que siento por su Obra, me acompañará toda la vida. Esta convivencia única, con mi mentor artístico, aumentó más mi interés por el arte y la arquitectura.

 

César Manrique tuvo la generosidad de dejarme realizar, de una simple ruina, lo que es la actual Casa de Haría. Por ello estudié a conciencia todo lo que tenía que ir desarrollando, para recuperar y reconstruir la Casa, contando con los mejores artesanos de la madera y la piedra de Lanzarote. Con mi hermano Marcelo, recuperábamos maderas, vigas viejas de derribo, y piedras. Vigas de tea, de un antiguo local del Cabildo que estaba en las cuatro esquinas de Arrecife, y que las utilicé para hacer la puerta principal, y otras ventanas. También utilicé los postes usados de teléfono, qué se encontraban en la actual Granja agrícola experimental del Cabildo en Tahiche, porque no existían vigas tan largas para el salón principal. Como me gusta el barro, elegí un solado de barro cocido artesanal para la entrada. Cuidaba todos los detalles

interiores y exteriores, como la cantidad de palmeras, que mi hermano y yo plantamos, cubriendo los huecos del palmeral existente.  Un proceso fascinante para mí en la arquitectura. Siempre contando con la aprobación de César, que al principio decía que Haría estaba lejos, pero que hiciese lo que yo quisiera. A medida, que iba viendo el resultado, se iba entusiasmando de tal manera, que después del viaje que realizamos juntos a Japón en 1987, quería irse sin demora a vivir allí, y dar paso a la apertura de la Fundación en Taro de Tahiche.

 

 

- ¿En qué te influyó Manrique cómo artista?

-Tantos años participando de las actividades cotidianas en su estudio, con los lienzos, pinceles, y pinturas, así como todos los materiales del taller, siguiendo y viviendo todas sus creaciones en primera persona, y colaborando en ellas, me motivó mucho más para ampliar mi camino artístico, y descubrir un mundo apasionante, al que él me impulsaba con su gran energía. El difícil equilibrio entre el arte, el paisaje y el ser humano.

 

Lanzarote tiene esa referencia tan buena de su Obra artística completa, de los valores anteriores mencionados, que tenemos que descubrir y mantenerlos siempre vivos, gracias a que él nos despertó los sentidos, y trazó el camino a seguir para toda la población isleña, y también de la comunidad canaria. Precisamente por ello, es tan admirado, tanto dentro, como fuera de nuestro territorio.

 

César Manrique influyó en mi quehacer artístico desde el principio, y se sorprendía con alegría, enormemente de mis actividades. Siempre me animaba a seguir el Camino, mostrándome la perseverancia creativa, que él tenía en sus Obras. Naturalmente todo ello permanece grabado en mi corazón, y forma parte de mi existencia.

 

 

- ¿Cómo era vuestra relación?

-Personalmente siempre me encontraba en la parte silenciosa, de escucha y acción, dado que él tenía una inmensa energía, y desde primera hora de la mañana, desayunábamos, y bajábamos al estudio, o a visitar Obras públicas de los Centros, que requerían su supervisión, entre otras tareas. Cada día teníamos un itinerario diferente. Dada su intensa actividad, venían numerosas visitas a la Casa, que él ya veía como Fundación. Me trataba como a un hijo y discípulo. Me pedía opinión de las Obras que realizaba, y al mismo tiempo opinaba sobre lo que yo hacía. Favorablemente se sorprendía bastante.

 

 

- ¿Cómo era el Lanzarote de entonces y cómo quería él que fuera su isla?

-Entonces el inicio del turismo, gracias a él, estaba consolidándose. Mis abuelos y padres vivieron una época diferente, basada en los cultivos, la pesca, y la escasez de agua, que se podía recoger en los aljibes cuando llovía. Lógicamente el esfuerzo de Manrique por conservar e integrar, incorporando su arte, con lo que la propia naturaleza le estaba mostrando, dio sus frutos, a través del apoyo, en un principio de Don José Ramírez Cerdá, al que tuve el honor de conocer, así como posteriormente otros políticos e instituciones públicas, que le apoyaron, pero que algunos de estos últimos no estuvieron a la altura de sus metas, para conservar la isla de Lanzarote, seguir el camino trazado por él, y que fuera un referente mundial.

 

Quería traer un turismo sobre todo de calidad, pero lamentablemente Lanzarote no llevó ese camino, prefirió el dinero fácil y rápido como en otras islas. Sin marcar la diferencia, que las hace exclusivas en todo el mundo. A través de grandes tour operadores, y unas políticas nefastas, se vendieron masivamente estancias sin salir de los hoteles, con el todo incluido.

Algo verdaderamente delirante. De todas formas, por la belleza de las islas, por su clima

inigualable, y por su situación estratégica entre continentes, en concreto Lanzarote, el legado y voz del gran artista César Manrique, trascendió, y la isla fue declarada Reserva de la Biosfera, en el año 1993. Hoy, tendríamos que preguntarnos, si realmente estamos respetando este honorable galardón, espacio único, y patrimonio de toda la humanidad.

 

 

-En tu opinión, ¿cómo ha evolucionado la isla? ¿Cómo ves tú ahora a Lanzarote?

-La isla de Lanzarote tiene un gran magnetismo. He podido comprobar personalmente, en mis viajes por todo el mundo, cuando digo que procedo de nuestra bella isla, cómo a las personas se les transforma el rostro. Percibo que reciben una gran alegría cuando piensan en el viaje que realizaron, y siempre desean volver, o quieren tener la experiencia de conocerla por primera vez. Pienso que todavía queda mucho por hacer. César ha hecho una magnífica labor, que no pudo culminar. En vida llevaba bastantes disgustos, porque algunos de los empresarios y políticos de la isla, al final no le respetaban. Era más admirado fuera, que dentro. Solo la popularidad y el cariño, que tenía de los isleños, le animaba a seguir, y denunciar las atrocidades que hacían con la isla de construcciones y carreteras.

 

En mi opinión, en la actualidad Lanzarote se ha incorporado a la vulgaridad. Realizar, por ejemplo, más centros comerciales en una isla pequeña es un disparate. Independientemente del concepto trasladado de una gran ciudad, que no encaja en la filosofía isleña. Lamento profundamente, que no se lleve a cabo las ideas de César. Hay que recordar que el primer centro comercial de España, lo hizo César Manrique en Madrid. La Vaguada. 1983 donde yo participé y viví con César durante tres años.

 

Fui testigo de todos los retos que tuvo que encarar para resolver las ideas, qué el planteaba desde un principio. Enfrentamientos con la comunidad, y arquitectos desconocidos impuestos, que pretendían aprovecharse de todo lo que podían, hasta del propio patrimonio personal de César. Galeristas de reconocido prestigio, que le reclamaban comisiones abusivas sin haber mediado, ni participado. Así como la propiedad, que aunque en un principio, quería llevar a cabo sus ideas, no le permitió terminar la Obra como quería César, de una manera muy creativa, con un lago en la superficie del edificio, dado que querían apresuradamente suprimir todos los costes posibles, y proceder a la inauguración.

 

Ante las dificultades expuestas, César sin duda se hizo más fuerte, estaba en uno de sus mejores momentos, y en Madrid es muy conocida y apreciada la labor que hizo en este centro comercial. Por ser un centro pionero en España, y por la defensa que el propio César hacía en los medios de comunicación a favor de los espacios abiertos, con luz y vegetación natural, para el disfrute y contemplación de las personas. Lamentablemente desde hace años han retirado sus lámparas de diseño exclusivo, así como modificado las entradas. Han eliminado los asientos de piedra, y fuentes en el interior. La huella importante que había dejado César. De nuevo prevalece la tendencia a igualar todo para el consumo, derivando en la destrucción de la belleza e identidad.

 

 

- ¿La isla podría haber llegado a ser lo que es sin Manrique?

-De ninguna manera. César Manrique como hijo de la Isla y artista, despertó la sensibilidad del cuidado y cariño de la tierra, que amaba con pasión. A pesar de que Lanzarote tiene un clima de los mejores del mundo, y su naturaleza y población es única. César fue un visionario, un actor fundamental en el desarrollo de la isla. Me comentó que fue el primer hombre del

espacio. Posiblemente habrá tenido que ser algo de eso. Cuando nació, le decía su madre, Doña Francisca Cabrera, que no respiraba, y el doctor le dio palmaditas, y se le escapó de las manos, pero lo volvió a coger de nuevo en el aire. Por eso conviene recordar esta anécdota, que él contaba muchas veces, como si realmente fuera un profeta de lo que tenía que hacer en la isla. Cuidarla y defenderla como lo hizo toda su vida.

 

 

- ¿Crees que las cosas hubieran sido distintas de no haberse producido aquel terrible accidente que acabó con su vida? ¿La isla hubiera seguido evolucionando?

-Sinceramente pienso que no. Lamentablemente en ese tiempo, ya no contaban ni algunos de los empresarios dominantes, ni tampoco las propias administraciones de la isla con César Manrique. Sólo contaban estos agentes mencionados con él para su propio interés. Estaban más enfocados en el horizonte de traer turismo a toda costa, de muy poca calidad. Por lo que construían de una manera imparable, y daban licencias para destruir entornos marinos y paisajes únicos y protegidos. Les enloqueció la construcción, porque pensaban que Lanzarote era un continente. Se apropiaron del territorio de Lanzarote, se creían los dueños también de la población. Pero el futuro se transformó en algo demoledor. Numerosas construcciones ilegales, siguen abandonadas. Continuando precisamente el camino contrario, qué trazó César Manrique.

 

Cuando tuvo el terrible accidente, fui testigo del mismo, dado que circulaba detrás del coche con el que César colisionó en el accidente. Fue verdaderamente estremecedor. El destino quiso que estuviera presente. Para mí fue muy doloroso ese momento, de sentirme completamente impotente. Este suceso me acompañará toda la vida. Aunque prevalece en mí lo mejor que él me ha dejado, su enorme cariño como un padre artístico y maestro, que le gustaba que le llamara, y su amor por la isla de Lanzarote, y las otras islas Canarias, para seguir defendiendo, y continuando su legado.

 

 

- ¿Crees que existe espacio para otros artistas en la isla o la sombra de Manrique es muy alargada y tapa nuevos proyectos?

-Ser artista es una palabra de grandes dimensiones. César Manrique era un artista en toda su amplitud, con todas las letras. Era el maestro del ARTE TOTAL. En toda la tierra siempre existen muchos espacios, pero Lanzarote es único. El magnetismo que tenía César ha llevado a diversas personas, que creen que son artistas, a querer usurpar ese hueco. Me asombra la cantidad de gente, que dice que lo conocía, cuando verdaderamente eran muy pocas personas con las que César contaba, y mucho menos para pedirles su opinión artística. Es cierto que era y es muy popular. He tenido el gran privilegio de ser una de esas personas únicas, con las que mantenía conversaciones de obras, arte y proyectos, dado que yo participaba con él. En su vida cotidiana era una persona sencilla, y muy trabajadora.

 

César Manrique no es que tape los nuevos proyectos. Si no que los nuevos proyectos destacan por el feísmo y la vulgaridad. Se debería estudiar siempre su legado. Sinceramente no se puede construir entornos, como si estuvieran en otros territorios. Con el cariño que César tenía siempre al Charco y al puerto de Naos. Han puesto una pantalla de hormigón horrorosa,

que quita la visión que teníamos desde el charco con puerto de Naos. Han cerrado el paisaje. Por la simple intención de que vengan “barquitos” de lujo, a atracar.

 

- ¿Cómo son tus relaciones con la FCM y si cree que están haciendo una labor importante para difundir la obra de Manrique?

-Aunque cuando César Manrique creó la Fundación con un grupo de amigos en 1982, firmé en la Notaría de Arrecife, en presencia de César Manrique y de Don José Ramírez Cerdá, qué era por entonces senador por la Isla de Lanzarote, en la actualidad no mantengo ninguna relación con la Fundación, y con la perspectiva del tiempo, me parece antinatural, y me produce tristeza. Estuve en la inauguración del centenario en el año 2019. Volví de nuevo a la Casa en la que conviví con César, y me sorprendió la cantidad de cambios que se habían producido.

 

Desde mi punto de vista el trabajo que realiza la Fundación de un autor, cuando este ha fallecido es complejo. Puede suceder que la Fundación se encamine hacia unos objetivos, con los que el artista posiblemente no estaría del todo de acuerdo. Se puede dar prioridad a unos aspectos materiales y políticos, por encima de los valores esenciales del artista, como es su obra pictórica entre otros. César por encima de todo se sentía pintor, y era una persona independiente. Trataba con todos los estamentos de la sociedad, con la misma naturalidad, que hablaba con los campesinos o pescadores. Parece que hay una preocupación mayor por el turismo, más que por proyectar la imagen de César en el exterior, a través de grandes exposiciones individuales o colectivas, donde esté presente la Obra de César con otros contemporáneos de su época.

 

De todas formas, no me cabe duda, de la buena voluntad y el esfuerzo que se realiza desde dentro de la Fundación, en intentar conectarla con la sociedad, y fomentar la educación y la cultura, teniendo como modelo a César Manrique. Aunque César era el auténtico maestro de la comunicación, transmitiendo desde lo hondo de su ser, todo aquello en lo que creía, y por lo que había luchado, a través de su arte. Hacer de Lanzarote, un espacio único en el mundo.

 

 

- Cómo concibes tú la arquitectura?

-Desde las cuevas de Altamira, ya se proyectaba La arquitectura. Su espacio y pinturas rupestres, están de total actualidad. La arquitectura es una de las primeras necesidades y manifestaciones humanas. En este caso en un enclave natural. Observando la naturaleza, podemos contemplar como cualquier insecto o pájaro, construye su hábitat, reciclando materiales de la propia naturaleza. Lo ideal sería que los hombres proyectásemos, con sentido común, el lugar donde queremos vivir, y aprendiésemos de los errores. Pero ciertamente, volvemos a construir de una manera imparable. Todo ello afecta a nuestra convivencia, y a nuestra manera de ser en la comunidad.

 

La arquitectura, tiene que estar integrada en el paisaje, y la cultura, respetando el entorno. Me gusta fijarme en la arquitectura popular del territorio, en hacerla visible, recuperarla y conservarla en la medida de los posible.

 

Uno de los viajes que más me dejaron huella, fue el que realicé con el arquitecto Fernando Higueras,- muy vinculado a Lanzarote y amigo de César Manrique,- a la Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires en 1991. Para mí es uno de los más grandes arquitectos que existen, por su talento y visión de la arquitectura. Era un verdadero humanista de la arquitectura. Al mismo tiempo una de las personas que más ha defendido a la isla después de

César. La sentía y comprendía a la perfección. Promotor del libro con César Manrique de LANZAROTE, Arquitectura Inédita, así como de la realización del Hotel Salinas, y participación en numerosas obras con César. Hasta el final estuvo acompañando a César. Siendo una de las pocas personalidades, que asistieron al entierro en Haría, después de la inauguración de la Fundación, que si estaba llena de figuras relevantes de la sociedad, cultura y política en ese momento.

 

En este viaje a Buenos Aires, conocí a los más destacados y prestigiosos arquitectos mundiales, hablando de arquitectura y urbanismo. Fuera de los nombres consagrados, los que más me impactaron fueron los de la India, y Japón por el tipo de construcción respetuosa con elementos sencillos, y humildes. Integrada en sus territorios. Deberíamos de volver a esta arquitectura, que por otro lado hacían nuestros antepasados en Lanzarote. Como decía Fernando Higueras, arquitectura sin arquitecto.

 

Siempre he tenido presente en la arquitectura, tratándose de Lanzarote, de hacer visibles los espacios que todavía quedan, y qué están totalmente abandonados, como las Salinas, tanto en Guatiza, como en la zona de los Mármoles, o Puerto Naos, y Janubio, algunas desaparecidas. Así como sus Molinos, que tanta gracia e identidad dan a nuestra querida isla.

 

Todo el paseo desde la playa del Reducto, pasando por el desastre total del Parque Islas Canarias, con el parking para coches incluido, - destruyendo la obra de César, que tenía árboles frondosos, que daban sombra-, atravesando toda la marina, el Charco de San Ginés , hasta llegar al Islote del Francés, en Arrecife, debería de tener una solución modélica de recuperación, potenciando uno de los litorales más largos y bellos de una capital como es Arrecife.

 

De la misma manera que anteriormente conté el proceso de levantar una ruina, como la casa de Haría, tenemos que evitar las construcciones innecesarias, y abandonar por completo la construcción masiva. Cuanta menos construcción mejor en una isla, que tiene límites, y están más expuestas todas las intervenciones. La mayoría del urbanismo y construcción, que se han hecho en tres décadas es lamentable, porque no han tenido ningún respeto al entorno, promoviendo y favoreciendo la especulación.

 

Recuperar estos espacios, y otros que están abandonados, sería mi idea de la no construcción y la arquitectura del oxígeno, en la que estoy trabajando, desde hace tiempo, a través de un ensayo.

 

En el año 2008, hice una presentación de lo que estoy exponiendo de Lanzarote, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. UIMP, así como en otros foros de prestigio culturales donde lo he planteado, con gran éxito de acogida.

 

 

- ¿En qué estás trabajando ahora mismo?

-Estoy trabajando en el estudio en varios proyectos, precisamente relacionados con parques, que quieren remodelar sus espacios, y darle una identidad estética diferente. Así como en la realización de nuevos espacios, trabajando la construcción del vacío, recuperando espacios degradados. Al mismo tiempo trabajo, en la creación de diversos diseños de mobiliario urbano, para un entorno marino.

 

Haciendo referencia a la gastronomía y bodegas, que es otro de mis campos, relacionados con mi propio universo, en el que llevo la cultura canaria, transmitida por mis abuelos y padres, estoy preparando con un gran Sumellier el logotipo de una prestigiosa bodega. Continuando con la exposición y fondo de mis Obras en la prestigiosa Sastrería española Pedro Muñoz en la milla de oro de Madrid, donde también estoy realizando unos diseños de camisas, corbatas, pañuelos y foulards para Italia.

 

Este año histórico Jacobeo 2022, estoy preparando con la artista María Carretero, un programa cultural del XXV Aniversario de la Obra pública y urbana “HOMENAJE AL PEREGRINO” 1993- 1996, en el km 111 del Camino de Santiago Francés, como continuación del acto solemne, qué coordiné, celebrado el pasado año también Jacobeo 2021, en la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, RSEMAP, en la defensa de los espacios públicos, donde intervinieron las mayores personalidades de nuestro país culturales e institucionales.

 

Numerosos isleños realizan el Camino de Santiago, y parten desde los últimos 111 km, donde se encuentra la extensa obra urbana “HOMENAJE AL PEREGRINO”1993-1996, en la que colaboré con la artista María Carretero. La defensa de un espacio, qué pertenece a la memoria colectiva y es patrimonio mundial, donde se puede comenzar el Camino Francés, para la entrega de la Compostelana o Credencial del Peregrino, a su llegada a Santiago de Compostela.

 

Presentaré en Madrid, una exposición de mis collages, pinturas, maquetas y esculturas, qué será itinerante, por diversos espacios en Galicia y Portugal. También por supuesto irá a mis queridas islas Canarias.

 

El libro que llevo preparando desde hace años, acerca de mi convivencia con César Manrique, es uno de los acontecimientos más importantes para mí, que estoy cuidando al máximo.

 

Dado que tengo el privilegio de que el prólogo del mismo, lo ha escrito el canario universal, y emérito del Museo del Prado, Profesor Matías Díaz Padrón.

 

 

-También tú has sabido generar tu propio universo, y en él Lanzarote está muy presente,

¿no es así?

-La tierra donde he nacido, me ha dado la esencia de lo que desarrollo en todas mis creaciones. Aparecen diferentes escenas, desde los volcanes, personajes puntuales, el mar, campesinos, pescadores, la luz y el viento, hasta la propia arena del siroco, entre otras muchas e inagotables fuentes de inspiración.

 

Este año he sido convocado por diferentes instituciones públicas y organismos, sin ánimo de lucro, para ayudar a los más desfavorecidos. Por ello no he dudado en participar en proyectos muy interesantes, y de gran trascendencia, también para otros países. Precisamente decir que soy de Lanzarote, emociona a todas aquellas personas, qué la conocen o la quieren conocer. Sin olvidarme de las otras islas canarias, que para mí representan lo más elevado de mi canariedad, y familia.

 

Estoy unido al legado de César Manrique. Por lo que para mí siempre ha sido, es, y será, un deber, tener un compromiso y gran responsabilidad con mi tierra. Pero al mismo tiempo, difundir todo lo que me ha aportado sus enseñanzas y trabajo diario en otros lugares del mundo.


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