Dos años de gobierno CC-PP en el Cabildo de Lanzarote: avances reales y retos persistentes

Balance de gestión a medio mandato: progreso en vivienda, agua y planificación territorial, pero con importantes desafíos aún sin resolver
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A mitad de legislatura, el pacto entre Coalición Canaria (CC) y el Partido Popular (PP) en el Cabildo de Lanzarote deja un balance mixto: importantes avances en materia de agua, vivienda, planificación territorial y servicios sociales, pero también evidentes asignaturas pendientes que condicionan el bienestar presente y futuro de la isla. Bajo el liderazgo del presidente Oswaldo Betancort (CC), el grupo de gobierno ha apostado por reactivar áreas clave que permanecían estancadas, aunque el ritmo de ejecución en otras continúa siendo insuficiente para una isla con grandes urgencias estructurales.
Agua: el desafío histórico que comienza a abordarse con seriedad
Pocos retos definen tanto a Lanzarote como el del agua. En este ámbito, el actual gobierno ha dado pasos decididos para corregir décadas de inacción. La reactivación del Consorcio del Agua y la declaración de emergencia hídrica en enero de 2025 —una medida tan drástica como necesaria— han permitido agilizar proyectos, desbloquear financiación y priorizar una inversión largamente postergada.
Con 7 millones de euros del Gobierno de Canarias, ya se ha iniciado la renovación tecnológica de las plantas desaladoras, incluyendo un nuevo bastidor para Lanzarote III y más de 3.000 membranas de ósmosis inversa para optimizar la producción. Se han emprendido también actuaciones para la modernización del regadío en Tinajo y Teguise —con una inversión de 24 millones— y se avanza en proyectos de mejora de redes de abastecimiento y saneamiento por valor de otros 12 millones. A pesar de estos progresos, el problema de fondo sigue siendo estructural: una red obsoleta que pierde más de un tercio del agua producida y una demanda creciente que tensiona el sistema. La ejecución efectiva y sostenida de estas inversiones será clave en lo que resta de mandato.
Vivienda: de la parálisis a la activación

El acceso a la vivienda continúa siendo una de las principales preocupaciones de los lanzaroteños, agravada por factores como la escasez de oferta, el encarecimiento de precios, el auge de las viviendas vacacionales no reguladas y la inseguridad jurídica para los propietarios. En este complejo escenario, el gobierno insular ha comenzado a actuar: reactivando promociones públicas en Maneje y Playa Blanca, comprando suelo en Arrecife y Uga, y lanzando una línea de subvenciones al alquiler.
Son medidas importantes, pero aún incipientes frente a una demanda estructural y creciente. La política de vivienda necesita continuidad, coordinación interadministrativa y, sobre todo, una planificación territorial coherente que permita liberar suelo y construir sin comprometer el modelo de isla.
Carreteras: promesas, planes y poco asfalto
Las infraestructuras viarias siguen siendo el talón de Aquiles de Lanzarote. Aunque se han anunciado varios proyectos clave —como la duplicación de la LZ-40, el desdoblamiento de la LZ-2 y la controvertida LZ-5 entre el Hospital y el aeropuerto— lo cierto es que, a día de hoy, solo uno de ellos tiene prevista su ejecución antes de final de año. El resto permanece en fase de planificación, con promesas de entrega de proyectos o pendientes de decisiones estratégicas como la opción entre circunvalación o soterramiento en la LZ-5.
La lentitud en esta área contrasta con la urgencia de resolver los problemas de movilidad y seguridad vial. Una mayor coordinación con el Gobierno de Canarias y una gestión más eficaz de los recursos disponibles se antojan imprescindibles.
Territorio: una recuperación del pulso planificador

Uno de los mayores logros del actual mandato ha sido sin duda la reactivación de la planificación territorial. Bajo la dirección de Jesús Machín, se ha puesto fin a años de bloqueo institucional que mantenían a la isla sin herramientas normativas básicas. El avance del nuevo Plan Insular de Ordenación del Territorio (PIOT), junto al impulso del Plan Especial de La Geria, el PRUG del Parque Natural de Los Volcanes y el PORN del Archipiélago Chinijo, marca un antes y un después.
El nuevo PIOT destaca por su apuesta ambiental: protege más del 60 % del suelo, refuerza el sector primario y limita el crecimiento turístico. Lanzarote será también la primera isla con una Zona de Aceleración de Energías Renovables (ZAR), paso decisivo hacia la sostenibilidad energética. La planificación aún en curso deberá culminar con una gestión eficaz de los recursos y una implementación ordenada y consensuada.
Políticas sociales: el compromiso con el tercer sector como modelo
Otro de los puntos fuertes del balance del gobierno insular es el compromiso con las entidades del tercer sector. Tras años de desencuentros con el anterior ejecutivo, se ha restablecido una relación de colaboración que ha permitido cerrar acuerdos históricos, como los 35,5 millones destinados a conciertos sociales con entidades como AFA, El Cribo y Adislan, garantizando atención a colectivos vulnerables durante siete años.
Se han recuperado proyectos paralizados, como la Residencia de Mayores de Tahíche —que perdió casi seis millones de euros bajo el gobierno anterior—, se ha impulsado el futuro centro de Cáritas en Altavista (8 millones de inversión) y se ha actuado ante la crisis migratoria declarando la emergencia social en 2024 y clausurando el albergue de La Santa, inapropiado para menores. Esta política social activa y coordinada constituye un modelo a consolidar.
Transporte: primeros pasos en la modernización del sistema
La mejora del transporte público, otra demanda histórica de la ciudadanía también ha comenzado a recibir atención. La adquisición de guaguas sostenibles y el plan para ampliar líneas y mejorar frecuencias apunta hacia una movilidad más accesible y ecológica. Además, se ha presentado la plataforma TaxiLanzarote.net para unificar y digitalizar el servicio de taxi insular, con el reto de lograr la adhesión de todos los municipios.
No obstante, la transformación del sistema de transporte sigue siendo un proyecto en construcción. A falta de una red eficaz de transporte intermunicipal y con una movilidad aún muy centrada en el vehículo privado, Lanzarote necesita una apuesta más ambiciosa por la movilidad sostenible.
Balance: ¿cambio de rumbo o simple aceleración?
A dos años del inicio de la legislatura, el gobierno insular de CC y PP ha demostrado voluntad política y capacidad de desbloqueo en áreas críticas que llevaban años estancadas. Se han producido avances tangibles en agua, vivienda, ordenación territorial y políticas sociales. Sin embargo, buena parte de los proyectos están aún en fase de planificación o inicio de ejecución, lo que exigirá en el próximo bienio mayor celeridad, coordinación y ambición.
Más que un balance triunfalista, toca reconocer una realidad con luces y sombras: se ha logrado reactivar el motor institucional de la isla, pero para que Lanzarote cambie realmente de rumbo, será necesario mantener el impulso, ampliar la visión estratégica y acercar más la gestión pública a las necesidades reales de la ciudadanía.