El "agua bendita" caída en el archipiélago revive al campo

La Borrasca Emilia y los episodios posteriores han dado tregua a los cultivos de Lanzarote
- Lancelot Digital
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La lluvia ha llegado a Lanzarote en esta época navideña como un regalo más de sus Majestades los Reyes de Oriente. Tras un año muy seco, el agua caída, sobre todo en la zona norte y noroeste han permitido darle cierta tregua al campo y a los cultivos de zonas como Tao, Tinajo, Los Valles (Teguise) y Haría.
Sin embargo, los mayores registros se dieron, contra todo pronóstico en Yaiza. De hecho, el pluviómetro del campo de fútbol sureño recogió 90 litros por metro cuadrado. En el resto de la isla fueron 45 litros de media, alcanzándose en algunas localizaciones como Los Valles, Arrieta, Tinajo o Montaña Blanca, valores que rondaron los 60 litros.
Todo ello durante los tres días que azotó la Borrasca Emilia a la isla que por suerte esta vez dejó agua muy beneficiosa para el campo sin generar ningún destrozo. Tras el paso de este frente, se mantuvieron algunas jornadas lluviosas que permitieron mantener la humedad de la tierra. De hecho, ayer sábado 27 de diciembre, cayó agua y entre hoy y mañana se espera según la AEMET que puedan llegar "lluvias débiles ocasionales" y se contará con "temperaturas sin cambios. Viento del noroeste moderado, tendiendo a flojo por la tarde".
En otras islas también este diciembre "lluvioso" ha permitido mejorar la situación de los cultivos aportándoles agua. En la foto que encabeza esta pieza tomada en unas tierras del Zumacal, entre Firgas y Valleseco, se aprecia cómo el panorama agrícola presenta condiciones más favorables debido a una mayor humedad y mejores suelos para cultivo tradicional. En estas zonas se sigue apostando por cultivos de cereales, papas, millo y frutas como la manzana reineta, que forman parte del paisaje agrario tradicional de las medianías canarias y tienen un papel importante tanto en el mercado local como en mercados más amplios.
A diferencia de Lanzarote, donde la agricultura se hace especialmente con técnicas de secano y adaptación volcánica, el campo en las medianías de Gran Canaria combina tradición con diversidad de cultivos, y la lluvia reciente también ha reforzado la humedad del suelo, beneficiando especialmente a los cereales y tubérculos que dependen de períodos más prolongados de humedad natural para su óptimo desarrollo.