El Cabildo no se hará cargo del excedente de uva y las bodegas no pueden con más
El grupo de gobierno de la primera institución cree "hay que desbloquear cuando antes" el Plan Especial de La Geria para dar "soluciones definitivas" al sector
Lancelot Digital
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La ola de calor de mayo y las lluvias de agosto apenas han afectado a la uva. Por eso, este año se ha dado un excedente de 300.000 ilos con una cosecha excelente en calidad. Sin embargo, este extra no será absorbido por el Cabildo y, aunque las bodegas han asumido comprar hasta un 20% más que el año pasado, tienen graves problemas de almacenamiento. Sólo El Grifo ha pasado de comprar 800.000 kilos a 1.300.000. Una posible solución es que haya bodegas de otras islas interesadas en comprar uva a Lanzarote.
"Se hace un llamamiento a todos los viticultores que tengan ese excedente de uva para que se puedan apuntar bien en el Consejo Regulador o a través de la página web, donde hay una ficha, que es muy sencilla. Sólo tienen que poner el nombre, el número de socio y hacer los trámites correspondientes", explica Rafael Morales, presidente del Consejo Regulador del Vino de Lanzarote.
El consejero de Agricultura, Antonio Morales, cree que el excedente de este año no es competencia del Cabildo, sino de las bodegas, y que es a ellas a quienes hay que da soluciones definitivas y no parcheos. Morales cree que hay que abordar la planificación de La Geria en una mesa de trabajo con técnicos del Gobierno de Canarias, Cabildo y ayuntamientos y con el sector, tomando nota de su situación real. CC está dispuesta a coger el toro por los cuernos.
"El grupo de gobierno, es decir, CC y PIL, queremos desbloquear esto cuanto antes y tener la mayoría en el pleno del Cabildo para que esto sea así. Y por otro lado, que el Gobierno trate de simplificar la burocracia dentro de sus posibilidades, para que las cosas que hagan más ágiles y no estar esperando otros ocho años por lo mismo", apunta. "Hay que sentarse todas las partes, tener las opiniones de todos y hacer un consenso de mínimos. Decir vamos a luchar por esto y nada más, dejarnos de historia fuera de lo común que no van a solucionar nada", manifiesta el presidente del Consejo Regulador por su parte.
El excedente de este año, que no ha podido comercializarse, es para los viticultores un jarro de agua fría que les desmotiva y genera desajustes a corto plazo. "Lo que hay que pensar es que para el agricultor, dejar las uvas en sus parras después de un año de sacrificio y trabajo, es una frustración inmesan. Y aquí ya sabemos que todo sector primario que no sea rentable económicamente tiende a desaparecer", afirma el representante de los viticultores y bodegueros de la isla.
El precio de la uva no se ha establecido aún, pero se estima que no supere la media del pasado año, que llegó a 1,75 euros por kilo.