El futuro de las renovables, una cuestión de isla

Lanzarote ha aprobado el protocolo de Zonas de Aceleración de Renovables para decidir dónde y quién puede instalar molinos o placas fotovoltaicas

Para Don Quijote, los molinos de viento eran gigantes descomunales que debía vencer para deshacer entuertos, como un héroe de caballería. Y algo de esa paranoia quijotesca es la que vive Lanzarote. La filosofía sobre la implantación de energías renovables en Lanzarote es coincidente entre los que gobiernan, los que están en la oposición y los colectivos ecologistas. Sin embargo, el error en la publicación del mapa donde irán ubicadas y el eterno debate sobre instalaciones públicas o privadas ha abierto nuevamente la caja de los truenos.

Pensar que el Cabildo de Lanzarote quiere convertir la isla en un queso de Gruyere, lleno de molinos y plantas fotovoltaicas, como afirman determinados sectores, o que se quiere dejar el territorio insular en manos de los oligopolios energéticos es una falacia.

Lanzarote ha sido la primera isla en aprobar el protocolo ZAR (Zonas de Aceleración de Renovables) que entre otras cosas pretende que sea Lanzarote quién diga dónde y quién puede instalar molinos o placas fotovoltaicas, la que ofrezca seguridad jurídica a los promotores y la que, sobre todo, acabe con la arbitrariedad que supone hasta ahora aplicar el artículo 6-bis de la Ley 11/1997, de 2 de diciembre, de Regulación del Sector Eléctrico Canario que permite instalar estos parques sin necesidad de encaje urbanístico o territorial.

Sin embargo, un error del Gobierno de Canarias a la hora de publicar en el Boletín Oficial de Canarias uno de los borradores del protocolo ZAR de Lanzarote y no el documento definitivo, ha abierto la caja de pandora.

Estamos hablando de que no es un fallo menor. Lanzarote tiene casi 845 kilómetros cuadrados de extensión, unas 84.500 hectáreas.  El error en la publicación del mapa de las Zonas de Aceleración de Renovables en Lanzarote varía entre utilizar la extensión que ocupan 4.000 campos de fútbol aproximadamente (el 3,75 por ciento del territorio) a algo más de 200 campos de fútbol (el 0,23 por ciento que es la propuesta de la que parte el Cabildo de Lanzarote). La diferencia es ostensible.

Un mapa que hay que corregir

El Cabildo ya ha criticado públicamente al Gobierno de Canarias por publicar en el BOC un protocolo equivocado. “Simplemente fue un error. Nos están respetando, están teniendo en cuenta nuestra opinión por lo tanto no me queda más que, cuanto antes, sacar el documento válido”, según apunta Jesús Machín, consejero de Política Territorial del Cabildo a Lancelot. “Creo que hemos sido suficientemente duros (con el Gobierno de Canarias) cuando no estábamos en el buen camino, pero ahora después de meses de negociación teniendo un documento y por primera vez en la historia una planificación energética, no creo que tengamos que ser más duros de lo que hemos sido. Un error lo puede tener cualquiera” añade el consejero.

El Cabildo publicará un nuevo borrador corregido y lo someterá a exposición pública para recoger las alegaciones de los ciudadanos. El objetivo es lograr un modelo energético sostenible y ordenado para Lanzarote y La Graciosa, garantizando la protección del entorno y la biodiversidad.

Desde el Colegio de Ingenieros de la provincia de Las Palmas, su presidente Carlos Medina, entiende que el error es posible “dado que se han estado manejando varios borradores” y le resta importancia.

Renovables, ¿públicas o privadas

Desde el PSOE, el diputado regional Marcos Bergaz quiere que el Cabildo aclare cuanto antes cuál es el protocolo de las ZAR que se consensuó y apuesta por “concentrar las zonas renovables, no picotear todo el suelo de la isla y que los suelos sean de titularidad pública para que los rendimientos repercutan en el conjunto de la sociedad como ocurre con los parques eólicos que tenemos instalados actualmente”.

El consejero Machín señala que “fue precisamente una enmienda en la Ley del Cambio Climático, introducida por mi, la que priorizaba la titularidad pública a la privada. Defiendo a capa y espada que, ya que vamos a comprometer terreno, que los benéficos sean para Lanzarote. No estoy de acuerdo con que multinacionales vengan a imponernos lo que ellas quieran hacer. En todos los mapas hay una parte, que es la mayoría, que tiene condiciones. Esas condiciones están puestas a conciencia, para que se respete nuestro territorio, por encima de todo”.

Desde los sectores ecologistas ven este mapa de las renovables como una amenaza porque se abre la veda para la entrada de las grandes multinacionales. Pedro Hernández, activista lanzaroteño y portavoz de la Plataforma Salvar Chira-Soria, destaca “las ventajas que tendría una planificación basada en las comunidades energéticas, en las que tanto el empresariado como la ciudadanía podrían beneficiarse de la transición energética de forma directa, así como el aprovechamiento de las zonas ya antropizadas (techos, suelos) sin consumir nuevo territorio”. Hernández también aboga por mantener la titularidad pública de los parques eólicos, mientras que Marcos Bergaz no se cierra a que puedan entrar también la iniciativa privada, pero con condicionantes.

El presidente de los ingenieros de Las Palmas, Carlos Medina, señala que “Lanzarote tiene mucho recorrido para la implantación de las renovables”, pero considera que dado que “la eólica consume mucho territorio quizás no sea el desarrollo más adecuado en una isla que vive de su protección ambiental y habría que apostar por el aprovechamiento de techumbres para la instalación de las placas solares en ese mix energético”.

A las críticas sobre los suelos destinados en el protocolo ZAR, Machín apunta que. “Hemo escogido suelos sin ningún tipo de protección, rústicos sin valores y residuales. El procedimiento sigue y los ciudadanos podrán alegar y evidenciar lo que opinan. Sin planificación no tenemos herramientas para luchar contra los de fuera. Es por eso que hasta que no haya una planificación definitiva no estoy de acuerdo con ningún proyecto”, añade el consejero en relación con el proyecto solicitado por la mercantil Desarrollos Renovables FV Lanza para la instalación de más de 8.000 placas solares en un solar entre Arrecife y San Bartolomé que ocuparía más de 5.000 metros cuadrados.