El Mercadillo de La Villa: parada obligada para quienes visitan Lanzarote

Tras cuatro décadas de funcionamiento, Teguise celebra el aniversario de una de sus apuestas más exitosas
El Mercadillo de La Villa cumple 40 años. Y lo hace por todo lo alto. Para ello, el concejal responsable, Eugenio Robayna, y la propia alcaldesa, Olivia Duque, han organizado un año conmemorativo. “Los vecinos de La Villa nos hemos criado viendo crecer este mercadillo”, afirma Duque, recordando que la idea original de su puesta en marcha fue de Dimas Martín y algunos vecinos, en marzo de 1985. “En esa fecha varios comerciantes montaron sus puestos en el Casco histórico de Teguise. Desde entonces no ha hecho más que crecer: en 2024 unas 2.200.000 personas visitaron La Villa, gracias al mercadillo, sobre todo turistas europeos. Nuestro pueblo, formado por casas antiguas que se podrían haber venido abajo, se ha mantenido, porque mucha gente llegada de toda Europa ha invertido y levantado negocios. Hoy tenemos un galardón que nos convierte en uno de los pueblos más bonitos de España”.
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El de La Villa es uno de los mercados al aire libre más grandes de Europa. En verano pasan 15.000 personas cada domingo y en invierno unas 10.000 personas, visitan sus más de 500 puestos de artesanía, alimentación, ropa o recuerdos.
Eugenio Robayna asegura que muchos turistas nada más llegar al aeropuerto ya confirman su primera intención de visitar los Centros Turísticos y el Mercadillo de La Villa. “Nos han visitado primeros ministros europeos, presidentes del Gobierno de España, presidentes de comunidades y alcaldes. El pueblo entero se llena de gente los domingos porque, tras dar el paseo, se quedan a comer en los restaurantes del pueblo, y eso es economía”.
Para Robayna la seguridad es fundamental. “Contamos con un contrato de casi 450.000 euros para dos años, que abarca el mantenimiento, la limpieza, el cierre y la apertura del casco histórico, folklore, degustaciones, un servicio médico, policía y guardia civil”, señala, explicando que se comienza a trabajar a las seis de la mañana para montar todo. “El casco urbano se cierra a las ocho de la mañana y se abre de nuevo a las cuatro de la tarde, y los aparcamientos funcionan a la perfección, así como las guaguas y los taxis”.
Durante todo este año se celebrarán actuaciones folklóricas en la plaza principal para deleite de los visitantes y se realizarán degustaciones de productos locales y de kilómetro cero. “Estamos trabajando con el cronista de Teguise, Francisco Hernández, para organizar una exposición de fotografías del Mercadillo desde sus inicios, de cara a las Fiestas del Carmen; y además se realizarán actividades para niños, y sobre todo actividades para la gente del pueblo porque son los que han aguantado todos estos años las molestias que hoy en día son beneficios para toda la población”.

De 16 a medio millar de puestos
Francisco Hernández, cronista de Teguise, recuerda que el Mercadillo se inauguró el 12 de marzo de 1985, y fue Carlos Matías Curbelo, un comerciante local, el que tuvo la idea de poner en marcha un mercado en La Villa. “El primer domingo se montaron apenas 16 puestos, poco a poco se fue ampliando y al cuarto domingo, ya el Ayuntamiento toma la iniciativa de gestionarlo y se redacta una normativa”, explica. “Empezó siendo un mercado artesano, pero se fue ampliando domingo a domingo, con todo tipo de cosas. A los seis meses, ya se alcanzaron las 10.000 personas. Los propios hoteles organizaban excursiones. El encanto que tenía era la propia belleza del casco histórico de Teguise”.
Los comercios se fueron ampliando y las viviendas se mejoraron, se fueron habilitando los aparcamientos hasta llegar a los que hay en la actualidad. “A los dos o tres años llegó a tener 600 puestos y el Ayuntamiento tuvo que regularlo y reducirlo. La fama del mercadillo traspasó las fronteras y salió en medios de comunicación de muchos países. Incluso llegó a existir una Miss Mercadillo”, cuenta entre risas. “A los vecinos al principio les molestaba, pero fueron entendiendo que era economía para el pueblo”.
40 años en el mercadillo

Óscar Orlando Fraiz Soutelo, más conocido como Tito, lleva trabajando en el mercadillo desde el primer día. Él fue uno de los pioneros. “En aquel primer momento, pusimos diez puestos, poco más, alguno de pan, otro de perfume, nosotros que hacíamos cosas se souvenirs… en ese momento había muy pocos turistas, pero poco a poco fue creciendo”, señala. “Casi todos éramos artesanos y esa era la idea original, no se nos pasó por la cabeza que fuera a crecer tanto”.
Pero creció, y también los propios artesanos. “Yo en Venezuela me dedicaba a la joyería, pero al llegar, por motivos económicos, me centré en los recuerdos y los souvenirs, pero poco a poco fui montando mi taller y regresé a la joyería”, cuenta, explicando que el taller lo tiene en Guatiza, pero el mercadillo es su verdadero escaparate. “Tengo clientes desde hace más de 30 años, turistas que regresan cada año y vienen a llevarse algo. Tengo clientes de toda Europa. De aquí también, pero el turista es mi principal cliente y es que son muchos años en el Mercadillo, saben dónde encontrarme”.
Para Tito el Mercadillo es un sitio muy especial que “mueve muchísimo dinero directa e indirectamente. La gente alquila coches, se organizan excursiones, comidas, actuaciones, mucha gente vive del mercadillo”, señala, apuntando que muchas cosas se podían mejorar, pero que es cierto que “en los últimos se está haciendo un esfuerzo para devolverle todo su esplendor”.