El peligro de rehabilitar una casa de 150 años en La Geria
Ricardo Pacheco cuenta cómo de "deteriorada" estaba la vivienda que heredó y que la Justicia insiste en que derribe, a pesar de que considera que ya ha pagado "con creces" por la ampliación que hizo, de la que además ya tiene licencia
Lancelot Digital
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Llevaba más de 30 años sin habitar y estaba muy deteriorada. Ricardo Pacheco decidió arreglarla a pesar de que tenía 150 años de historia cuando su madre la heredó. No tenía baño, las habitaciones presentaban graves grietas y la cocina estaba semihundida.
De esta imagen a la actual hay una diferencia: una ampliación donde viven habitualmente Pacheco, su mujer y sus hijos. Adena y el Ministerio Fiscal piden la demolición de esta parte donde esta
familia hace su día a día.
"Desaparecería toda la parte, desde la entrada de la casa a lo que es la sala, el comedor, el cuarto del lavadero, el baño, las dos habitaciones y el trastero. Es bastante, es lo que hace que la casa sea habitable, porque imagínate una casa sin cocina y sin baño, es imposible", señala su mujer.
La vivienda está ubicada en paraje protegido de La Geria por unos 100 metros, pero no está en un entorno virgen, porque en los alrededores se ubican otras viviendas y hasta una carretera asfaltada. Esta casa, incluso, tiene licencia del Ayuntamiento para reconocer la ampliación que la Justicia considera ilegal total. "El entorno ya está vulnerado. No tendría sentido derribar una vivienda, que es la única que tenemos mi mujer y mis dos niños, para restablecer según los ecologistas o los proteccionistas estos del medio ambiente se ha vulnerado", apunta Ricardo.
Pacheco y su familia no han buscado especular, sino poner en valor una vivienda con mucha historia, mejorando el aljibe y recuperando una finca cubierta de mala hierba. "Nunca fue un cuarto de aperos. Aquí había medianeros, mujeres que dieron a luz a sus niños, familias enteras, generaciones tras generaciones, más de 150 años, quien sabe si más de 250. La gente necesitaba un sitio donde cobijarse", cuenta su mujer.
"Este procedimiento comenzó en el año 99 y creo que ya se ha pagado con creces el escarnio, por decirlo así. Ya tenemos la pena de año y medio de prisión, la multa, se han pagado las costas y no entiendo, porque realmente lo que se hizo es armonizar lo que había manteniendo la estructura de las casas típicas canarias con lo que vemos hoy", afirma Ricardo.
A este matrimonio le toca esperar a que el recurso presentado sea atendido, pero si la parte denunciante sigue en sus trece, la casa será derribada, retrocediendo en el pasado más de medio siglo.