El servicio de taxi del aeropuerto de Lanzarote, el más deficitario de la provincia

Si se compara con el de Las Palmas debería multiplicar por cuatro sus licencias, y duplicarlas en comparación con Fuerteventura
- Lancelot Digital
La sociedad lanzaroteña no está contenta con el funcionamiento del servicio del taxi insular, no tanto por la calidad del mismo, una vez que se consigue coger un taxi, como por lo complicado que resulta esta, en apariencia, sencilla acción. Las frecuentes y largas colas de espera en el Aeropuerto de San Bartolomé, y las reacciones de malestar que generan en redes sociales, son prueba de ello.
Pero ¿cuál es el problema de fondo? Analizamos la situación de los principales aeropuertos de la provincia de Las Palmas para comparar el funcionamiento, isla por isla.
En el caso de San Bartolomé, municipio al que corresponde el aeropuerto César Manrique, el número actual de licencias es de 72, a las que se unirán otras 12 a lo largo de este 2025, es decir cuenta con 84 licencias de taxis. El número de pasajeros anual es de 4'5 millones.
En Fuerteventura, el aeropuerto se encuentra en Puerto del Rosario, municipio que cuenta con 100 licencias para atender a 3'2 millones de pasajeros que llegan por el aeropuerto, más 200.000 cruceristas, es decir 3'4 millones de turistas al año.
En el caso de la isla de Gran Canaria, el aeropuerto se encuentra entre Telde e Ingenio, y el número de licencias asciende a 330 para un total de 6'5 millones de pasajeros al año.
Si tenemos en cuenta este último indicador, teniendo en cuenta el número de taxis por pasajero que tienen los grancanarios, en San Bartolomé deberían estar funcionando 230 taxis, es decir casi cuatro veces más de los que en realidad lo hacen. Si tenemos en cuenta los indicadores de la isla majorera, San Bartolomé debería contar con 130 licencias de taxis, casi el doble de las que funcionan en estos momentos.
No resulta extraño, por tanto, las molestias que sufre el turista que llega a la isla y el propio ciudadano que ve como coger un taxi en Las Palmas no supone ningún problema y aquí es toda una odisea.
Son muchos los usuarios que, a través de las asociaciones de consumidores, exigen la entrada en la isla de plataformas de transporte discrecional como Uber o Cabify, para solucionar lo que consideran un problema real.
En cualquier caso, de lo que no cabe duda es de que la isla necesita mejorar sus ratios para que el servicio se adapte a una población y a un turismo que es mucho más elevado de lo que era. También otros expertos hablan de que, además de aumentar el número de licencias, se tendría que insistir en la fórmula de la Central Única Digital que permita insularizar el servicio del taxi en momentos determinados de demasiada espera. Es decir, que si un taxi de San Bartolomé va a llevar a un cliente a Playa Blanca pueda recoger allí a un cliente del hotel que lleve más de una hora de espera y no regrese de vacío.