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Encalla un yate de madrugada en La Graciosa

Dos turistas polacos vivieron momentos de angustia al ver que el barco se hundía con la fuerza de las olas

 

  • Lancelot Digital
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    La Graciosa vivía la pasada noche del lunes una situación angustiosa, de auténtica pesadilla para sus protagonistas. En efecto, los problemas comenzaron cuando una pareja de turistas polacos trataba de atracar en el Puerto de Caleta de Sebo, en La Graciosa, pero al encontrarlo lleno, y sin punto de atraque, decidieron ir a fondear a la Playa del Francés, junto a Montaña Amarilla.

     

     

    Desgraciadamente el barco, un catamarán, encalló en la Punta de los Corrales, más conocida como la baja del Salao. Y la situación comenzó a complicarse para los tripulantes del barco que pese a maniobrar no lograban hacerse con él y vieron como comenzaba a entrar agua en la embarcación. 

     

    La pareja, de sesenta años, trató de salvar el barco, en el cual residían, de todas las maneras posibles, algo que fue imposible, entre otros motivos, porque no encontraron ayuda.

     

    Uno de los efectivos de Emerlan, ubicado en La Graciosa, trató de ayudarles pero con la fortaleza de las olas, y la falta de material adecuado para semejante maniobra, la embarcación quedó destrozada. El viento del este, y la cantidad de agua que había entrado en la embarcación por babor hizo imposible cualquier solución.

     

    "Al legar al lugar, ya había vecinos de la zona, que llegaron alertados por una bengala lanzada por la pareja, tratando de ayudarlos. El hombre estaba intentando salvar el barco y la mujer sufría una crisis de ansiedad provocada por la situación", señala uno de los profesionales de Emerlan. "Uno de los jóvenes que estaba allí nos indicó que el barco tenía ya una vía de agua en su quilla de babor, y cuando la marea, que ya venía subiendo, empezó a reflotar el barco, se apreciaba ya que el barco zozobraba. Le tuvimos que decir que no había medios y que tenía que abandonar el barco".

     

     

    La pareja vivió una noche de auténtica pesadilla al ver como se hundía su barco sin remedio. Fueron atendidos en el centro de salud de La Graciosa y al comprobar que ambos estaban bien, nerviosos, pero en buen estado, ambos se quedaron en un apartamento de la octava isla que les facilitó la concejala delegada Alicia Páez. 

     

    El barco, según los expertos, va a ser muy difícil de desencallar. Se va a intentar llamar a una empresa especializada, pero es una operación de alto coste. Los pescadores y vecinos de La Graciosa señalan que lo que hay que hacer es balizar la baja, ya que no es la primera vez que se produce en esa zona un encallamiento.

     

    Hay que añadir que, aunque según fuentes oficiales el problema se inicio porque no había un punto de atraque libre en el puerto, otras fuentes señalan que al no haber hecho reserva no les permitieron la entrada en el puerto. Estas mismas fuentes critican que a esas horas de la madrugada no les permitieran haber amarrado y ofrecerles la posibilidad de hacer las gestiones pertinentes al día siguiente.

     

     

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