Estas son las ayudas al alquiler que puedes pedir si tienes menos de 35 años

Estado, comunidades e islas aúnan estrategias para luchar contra la crisis habitacional
- Lancelot Digital
La vivienda, o más bien el acceso a la misma, se ha convertido desde hace años, en uno de los principales problemas de nuestro país. Y si conseguir un techo bajo el que vivir es complicado, en general, esta dificultad se incrementa en el caso de los más jóvenes que se ven obligados a vivir con sus padres hasta edades mucho más avanzadas de los que les gustaría. Los responsables púbicos son conscientes de este problema y la respuesta institucional llega desde distintos niveles: el Estado, las comunidades autónomas y, en algunos casos, las administraciones insulares. Esto genera una pregunta recurrente: ¿son compatibles todas estas ayudas o se solapan?
Analicemos la cuestión.
El Gobierno central acaba de incluir en el nuevo Plan Estatal de Vivienda 2026-2030 un “Bono Alquiler Joven” reforzado. El programa contempla subvenciones de hasta 300 euros al mes para el alquiler de una vivienda habitual y permanente, y de 200 euros en el caso de arrendar únicamente una habitación. Estas cuantías se incrementarán hasta 500 y 250 euros, respectivamente, cuando el inmueble se ubique en municipios con menos de 10.000 habitantes. Los beneficiarios deberán cumplir una serie de requisitos: tener 35 años o menos en el momento de la solicitud, no ser propietarios de una vivienda y disponer de ingresos anuales iguales o inferiores a cinco veces el IPREM (el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples es un índice empleado en España como referencia para la concesión de ayudas), esto son 3.000 euros. Este umbral se amplía hasta 5,5 veces en casos de personas con discapacidad o hijos de víctimas de violencia de género, y hasta seis veces cuando la discapacidad alcance o supere el 33%. El objetivo es claro: facilitar la emancipación en un contexto de alquileres disparados. La financiación es compartida, pero la gestión recae en las comunidades autónomas.
Junto a estas ayudas para los jóvenes, el Gobierno ha anunciado una ayuda al alquiler con opción a compra de vivienda con protección permanente de hasta 30.000 euros o ayudas para la compra de vivienda en zonas en riesgo demográfico por más de 10.800 euros. En su conjunto, se estima que se pueda beneficiar a unos 5 millones de jóvenes en edad de emancipación.
La gestión autonómica en Canarias
En paralelo, Canarias mantiene su propio bono de 250 euros mensuales, que se concede durante dos años. Aquí la clave está en la compatibilidad: este bono puede acumularse con el estatal, siempre que el resultado no supere el 75% del coste del alquiler. Es decir, un mismo joven puede recibir las dos ayudas, aunque con un límite para evitar situaciones de sobrefinanciación.
En el caso de Lanzarote y La Graciosa aparece un tercer actor: el Cabildo. Pero no se trata de una ayuda independiente, sino de una aportación económica que refuerza la línea autonómica. El convenio con el Instituto Canario de la Vivienda permite que más jóvenes puedan acceder al bono regional, pero no supone que el beneficiario reciba una tercera subvención. Dicho de otro modo, el Cabildo no duplica, sino que amplía.
En la práctica, ¿qué significa para un joven?
De esta manera, un joven puede combinar la ayuda estatal con la autonómica, siempre que el importe conjunto no podrá superar el 75% de su renta de alquiler. No se puede olvidar que la ayuda insular no es un bono extra, sino un refuerzo financiero que hace posible que más jóvenes de Lanzarote y La Graciosa accedan al bono autonómico.
La conclusión es que el sistema de ayudas funciona como un engranaje multinivel: el Estado impulsa la estrategia general, las comunidades la gestionan y en algunos territorios insulares se refuerzan los fondos. Para el joven solicitante, esto se traduce en la posibilidad real de compatibilizar ayudas, aunque siempre bajo un límite: nunca se podrá cobrar más de lo que cuesta el alquiler.