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Ezquiaga plantea crear cuotas de entrada de turistas a las islas

 El arquitecto analiza las repercusiones positivas y negativas que trae consigo el alquiler vacacional

 

  • Lancelot Digital
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    El que fuera redactor del nuevo Plan Insular de Lanzarote, documento que finalmente se frustró, el arquitecto José María Ezquiaga, calificó de interesantes y necesarios los debates que se dan hoy en las islas y en España en general sobre la regulación del turismo y la incidencia positiva y negativa que trae la nueva modalidad del alquiler vacacional.

     

    Ezquiaga, defensor de la industria turística en general como actividad generadora de riqueza, en cambio cree que ya en muchas zonas donde debe plantearse la imposición de cuotas de entradas de turistas, tal y como ocurre en centros turísticos-históricos como la Alhambra de Granada. “Nos enfrentamos a temas en los que hasta ahora no teníamos experiencias previas, como por ejemplo empezar a poner cuotas de visitantes. Hasta hace poco se daban premios al turista 10 millones. Ahora hay una capacidad de carga que es lo que el territorio soporta, no es infinita”.

     

    Por otra parte, aclara que no se trata de prohibir el alquiler vacacional sino el de regular lo que debe considerarse una actividad turística, que debe aproximarse su regulación a los complejos turísticos hoteleros. Ezquiaga insiste que es un problema de proporción. “Ya sabemos en medicina que el exceso de un fármaco puede tener contradicciones letales. En el caso del alquiler turístico, puede ocurrir también. Lo cierto es que este país, y las islas, le deben mucho al turismo, es cierto que ha tenido impacto y costes ambientales, pero hay que acordarse de lo que era este país en los años 50, antes del turismo, y lo que es ahora”.

     

    El reconocido urbanista redactor del Plan Insular de Menorca y de su revisión entiende que los excesos de turistas originan irritación y algo que debe de verse como positivo se convierte en negativo. “El exceso está irritando a la gente y tiene efectos contradictorios. Si la presencia de turismo reactiva el centro histórico de Lanzarote, esto es algo positivo, sin duda. Pero si el turismo se recarga de tal manera que termina expulsando a los habitantes y haciendo desaparecer cualquier actividad que no sea turística, entonces tenemos un problema. La clave está en la proporción”, asegura. “En urbanismo no hay dogmas, hay que estudiar las situaciones de manera individual”.

     

    Cree que la nueva Ley canaria de regulación del alquiler vacacional va por el buen camino. “Soy escéptico en la idea de poner límites a los tenedores porque terminan generándose consorcios societarios muy complicados y poco transparentes, es mejor tener en cuenta el punto de vista del impacto y del cliente. En el caso de las islas deben ubicarse en los ámbitos turísticos”.

     

    Ezquiaga tiene claro que con la industria turísticas hay que ir legislando y ordenando a medida que se vaya detectando los efectos no deseados sin dogmas prestablecidos.

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