Domingo, 14 Diciembre 2025
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Félix Sanz, aunque era peninsular, se ganó la amistad de muchos lanzaroteños
 
  • Lancelot Digital
 
 En la mañana de hoy ha fallecido en el Hospital de Logroño Félix Sanz Illescas, que se encontraba convaleciente de una intervención de trasplante de pulmón que, finalmente, no ha podido superar. Había realizado el ingreso hospitalario para la operación el viernes 15 de noviembre.
 
 
Félix, de 63 años de edad, era natural de Madrid. En el año 1961 su familia se trasladó a Lanzarote por motivos laborales de su padre, Carlos Sanz Agustino, que llegó a la isla para realizar trabajos de topografía. 
 
 
 
 
La familia Sanz Illescas vivió en la calle Figueroa hasta finalizar el curso académico 1973/74, año en el que regresaron a Madrid
 
 
Por edad, estudios, aficiones y vecindad, Félix fraguó una intensa amistad con Toño Martín Reguera, su amigo del alma, también fallecido. Y con Carlos Manrique Martinón, Rogelio Tenorio, Iñaki Anzoleaga, Ramón Olivera, Pacuco Jiménez, Lorenzo Lemaur, Juan Antonio Pérez Cejudo o Gerardo Hernández, con quienes quiso reencontrarse en su reciente visita a Lanzarote, probablemente para despedirse
 
 
 
 
Con ellos quiso reencontrarse en su reciente visita a Lanzarote, el pasa mes de junio, probablemente para despedirse.

 
Félix, que desde el verano de 1974 no había vuelto a Lanzarote, con su moto, se montó en el barco en Huelva y se plantó en Lanzarote para cumplir su ilusión de recorrer los lugares de la isla que con su parte, gran aficionado a la fotografía y a la filmografía inmortalizó en múltiples fotografías y películas de 8mm que, más tarde, Félix fue remitiendo al archivo de Memoria de Lanzarote y que gracias a su entusiasmo quedan inmortalizadas más allá de la memoria.

 
 
Pero, principalmente, Félix quiso reencontrarse con sus amigos de instancia y juventud con la intención, con toda seguridad, de despedirse de ellos, dado que era consciente de que, como al final fatalmente ha ocurrido, probablemente no iba a superar la compleja intervención quirúrgica a la que se iba a someter.

 
Por medio de su hermana Esther, también muy conocida entre la gente de Arrecife de más de 60 años, sus amigos en Lanzarote fueron siguiendo, diariamente, la evolución de su situación médica. Si bien en las primeras semanas, dentro de la gravedad, la situación se presentaba esperanzadora, la situación se fue torneo pesimista en el último mes, lo que fue simiente en la tristeza y el pesimismo a sus amigos en Lanzarote, que rezaban para que Félix se recuperase y, como en el verano pasado, volviera a la isla para en encuentro anual de compañeros del Instituto de Arrecife de la promoción 1968/1975.

 
Pero, no ha podido ser. 
 

Descanse en paz. 
 


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