Final feliz, gran trabajo de los bomberos

El inglés que se subió a la grúa del hotel Fariones mantuvo en vilo durante casi tres horas a los cuerpos de seguridad. Ver Galería del rescate
- Lancelot Digital
- Jesús Betancort
Final feliz. Así terminó la 'suicida' aventura que un inglés residente en Lanzarote iniciaba a las 17:30 horas de este domingo al subirse inexplicablemente a una grúa en Puerto del Carmen y recorrer el brazo de 52 metros hasta colocarse en la punta mientras gritaba y amenazaba con tirarse.
Casi tres horas se mantuvo el inglés en los alto de la grúa manteniendo en vilo a los cuerpos de seguridad, desde la Guardia Civil hasta la Policía Local, pasando por Protección Civil y bomberos del Consorcio de Seguridad y Emergencias. Fue precisamente la profesional y valiente intervención de dos miembros de este cuerpo quienes lograron convencer al súbdito británico para que desistiera de su actitud.
Operativo
En un primer momento, se estableció la zona de trabajo con dos bomberos que accedieron a la grúa dejando a otro como preventivo, al pie de la misma. Con un megáfono comenzaron a ponerse en contacto con él, intentando convencerle de que desistiera en su empeño y que volviera sobre sus pasos, pero el presunto suicida, se negaba.

En uno de los intentos por parte de los bomberos de acercarse a él, comenzó a zarandear la grúa, hecho que hizo desistir a los efectivos hasta que se tranquilizó. Entonces observaron que llevaba atado al cuello un cable de televisión.
El siguiente paso fue acceder a la terraza del hotel para tratar de mejorar el posicionamiento que tenían y seguir convenciéndole de que desistiera. Tras varios intentos más, los Bomberos le dijeron que no iría arrestado y es en ese momento cuando comenzó a colaborar quitándose el cable del cuello y regresando hasta la plataforma donde lo esperaban los dos bomberos.
Una vez en zona segura se le colocó un arnés de descenso para asegurar la bajada por la escalera de la grúa.

Una vez debajo de la grúa, y en zona segura, se le proporcionó una mascarilla y una manta térmica y se le trasladó hasta la ambulancia donde se le tomó la temperatura dando 36,1.
Por suerte, todo acabó bien, pero muchos temieron lo peor por la temeridad del inglés.
Tras bajar de la grúa se le realizó una PCR y fue retenido por la Guardia Civil, cuerpo responsable de realizar las diligencias del caso