Domingo, 14 Diciembre 2025
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La Junta de Gobierno de Arrecife da el visto bueno a Patrimonio para que el Cabildo saque a licitación la obra

 

  • Lancelot Digital
 

 

Tras años de disputas políticas y desacuerdos técnicos entre la oficina de Patrimonio del Cabildo y el Ayuntamiento de Arrecife hoy se ha dado un gran paso al aprobarse en la Junta de Gobierno la famosa reforma y adecuación de los alrededores de la Plaza de Las Palmas, ubicada en el centro del casco antiguo, frente a la Iglesia de San Ginés.

 

 

El concejal de Urbanismo, el nacionalista Maciot Cabrera, adelantaba a LANCELOT hace unos días que ya estaba todo preparado para empezar en breve la licitación de la esperada plaza que se encuentra en un estado deplorable desde hace al menos 5 años.

 

 

Se trata de una reforma integral de ese espacio público, respetando prácticamente el diseño actual con algunos cambios significativos como el del suelo de la plaza, hoy totalmente destrozado.

 

 

La reforma de la plaza de Las Palmas empezó a proyectarse en la etapa de la socialista Dolores Corujo como presidenta del Cabildo y Astrid Pérez, como alcaldesa de Arrecife, tras un acuerdo alcanzado entre ambas instituciones. Discrepancias técnicas entre Patrimonio del Cabildo y la oficina técnica de Arrecife hicieron imposible un entendimiento entre ambas instituciones. Ahora las dos nuevas administraciones con gobernantes diferentes han conseguido alcanzar un consenso, producto del cual se podrá licitar la obra en las próximas semanas para que puedan comenzar estas después de las Navidades. Se calcula que en el mes de agosto Arrecife contará por fin con una plaza digna y manteniendo una obra diseñada inicialmente por César Manrique.

 

 

 

La principal discrepancia que retrasó la aprobación del proyecto era que Patrimonio del Cabildo entendía que había que "talar" uno de los árboles de gran porte ubicado en ala oeste de la plaza porque no cabía en la jardinera, debido a su crecimiento. Además de que sus grandes raíces rompían el piso o suelo del pavimento de la plaza. Arrecife por su lado entendía que había que intentar salvar ese árbol como fuera. Finalmente, se acordó, bajo los criterios e informes técnicos, que lo mejor era talar el árbol y aumentar en la zona los espacios verdes.

 

 


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