PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Jesús Machín: “Odio las injusticias, de niño me metía en pleitos por defender a compañeros”

El alcalde de Tinajo se define como un hombre trabajador, buen cocinero y al que le hubiera gustado cantar, al menos, tan bien como Julio Iglesias

 

  • Lancelot Digital
  •  

     

     

    -¿Cuál es tu primer recuerdo de infancia?

    -Vivía en Las Laderas, un pueblito de Teguise, y allí casi no había niños. Recuerdo jugar con mi primo, nos peleábamos, hacíamos las paces. Mis padres eran agricultores y a mí me encantaban los animales y ayudaba en lo que podía. Pero tal vez el primer recuerdo tangible fue mi primera bicicleta, una Orbea. Tendría unos 7 años y fui con mi madre a Arrecife a comprarla, y cuando llegamos a casa mi padre nos echó un pleito porque nos había salido más caro el viaje en taxi que la bicicleta en sí. Otro recuerdo que tengo es meterme en líos en el colegio por defender a los demás. No me gustaba que se hicieran injusticias.

     

    -¿Tienes hermanos?

    -Somos cinco hermanos, yo soy el segundo, tengo una hermana mayor y otros tres más pequeños. Me acuerdo que cuando éramos pequeños, vivíamos a cinco kilómetros del colegio más cercano, y mi padre nos llevaba a mi hermana y a mí en burro, y más adelante en yegua. Tardábamos unos tres cuartos de hora en llegar a clase. Eso era lo normal.

     

    -¿Pasabas el verano en la isla o salías fuera?

    -En mi casa. Ahí nos pasábamos los 365 días del año. Si recuerdo alguna vez ir a Famara, pero no demasiadas veces. Tuve una niñez feliz, pero no tenía demasiados lujos. Bueno, tuve una moto con diez años (se ríe), bueno era mi padre, pero era yo el que llevaba a mi padre, que no sabía conducirla, en ella a los sitios hasta que él aprendió… unos cuatro años estuve llevándole.

     

    -¿Cuál era tu comida favorita de pequeño? ¿Y qué plato no te gustaba nada?

    -Siempre he sido bueno de boca. Me gusta todo, pero si te tuviera que decir algo, tal vez el sancocho, los potajes, la paella y, como buen hijo de agricultores, comíamos mucho queso.

     

    -¿Qué querías ser de pequeño?

    -No lo tenía muy claro, pero con diez o doce años ya tenía claro que quería ser piloto.

     

    -¿Eras buen estudiante?

    -Era muy bueno en matemáticas. Se me daban muy bien, pero las circunstancias eran las que eran. Nos mudamos de Las Laderas a La Vegueta cuando yo tenía 14 años y la situación, con cinco hermanos y siendo mis padres agricultores, pues no era de abundancia y yo quería contribuir, así que empecé a trabajar de electricista antes de cumplir los 15 años. Aprendí bastante rápido y lo primero que hice fue poner la luz en mi casa, que no teníamos.

     

    -¿De quién aprendiste?

    -Tuve varios maestros, el señor Rosales, Manolo Pérez, de San Bartolomé… me enseñaron rápido y aprendí bien. Con 17 años fui encargado de una empresa y a los 18 fui de voluntario al cuartel, estuve un año y medio, me hicieron cabo bastante rápido y me hicieron jefe de obra del aeródromo militar y encargado general de la electricidad. Trabajé muchísimo. Me ofrecieron quedarme, pero no me convencieron, aunque en honor a la verdad, también me trataron muy bien. Después seguí trabajando, en esta ocasión en la empresa de Carmelo Fierro y, posteriormente, monté una empresa con 23 años. A los 25 años entré en política como concejal.

     

    -Y, ¿seguías con tu sueño de ser piloto?

    -Sí, siempre. El primer coche lo tuve a los 17 años, pero ya preparaba motos de 50 kilómetros cúbicos, motos de competición… se me daba muy bien. Aunque también es verdad que tuve muchos accidentes.

     

    -¿Arriesgabas mucho?

    -Sí, eso me decían, se me daba bien, pero también arriesgaba bastante. Por eso lo de los accidentes (risas).

     

    -Piensas que el primer amor no se olvida…

    -No, no se olvida, pero las cosas cambian. En el tema del amor, lo tengo muy claro: si hay amor, todo funciona, si no lo hay, dejan de funcionar. En cualquier caso, siempre queda el cariño y el respeto por la otra persona. Eso no se olvida.

     

    -¿Eres de los que ligaban o te dejabas ligar?

    -No lo sé… hombre, cuando quiero algo… soy muy cabezón y no me rindo fácilmente…

     

    -¿Te apañas en la cocina o cocinas para sobrevivir?

    -Creo que se me da un poco. Hago paellas muy buenas y unos caldos de pescado que me dicen que están buenísimos… los potajes ya no se me dan tan bien, y mira que me gustan, pero creo que me apaño bastante.

     

    -Un vino…

    -Malvasía blanco seco.

     

    -Proyecto pendiente…

    -Me hubiera gustado haber implantado mi empresa en toda Canarias. Tuve una oportunidad, lo intenté, pero no salió, al final se rompió el acuerdo. Y otro proyecto que se quedó por el camino fue el de ser piloto.

     

    -Pero ya eres piloto…

    -Querría haber llegado a más. Tenía cualidades, arriesgaba mucho, tenía la capacidad de calcular la velocidad, la distancia y la frenaba, tenía la capacidad de hacer los cálculos mentales muy rápido y apuraba mucho. He llegado a ser dos años campeón regional de Canarias, pero me resultó frustrante, por ejemplo, que se suspendiera el Dakar de 2008… ahí se me quedó una espinita. Luego la crisis me afectó bastante y no estábamos para gastos… Pero tampoco lo descarto del todo, nunca se sabe. Si tuviera un patrocinador…

     

    -Una juerga de las memorables…

    -Muchas, muchas… me gusta mucho una parranda, siempre de vino o de cuba libre, eso sí, pero me gusta la fiesta. Tal vez recuerdo con cariño las parrandas que me echaba con mi padre en Navidad en La Vegueta, que íbamos de casa en casa hasta varios días…

     

    -¿Con qué compañero que no sea de tu partido te irías de fiesta?

    -Me iría con muchos compañeros, pero si tuviera que decirte dos, tal vez te diría José Juan Cruz, ex alcalde de Tías, que siempre me ha demostrado que es un gran amigo y el actual alcalde, Pancho Hernández… curiosamente ambos del mismo municipio.

     

    -¿Qué harías si pudieras volver atrás y cambiar una sola cosa de tu vida?

    -No sería tan bueno porque creo que se han aprovechado mucho de mí, de mi buena voluntad. Aunque también es cierto que, siempre lo he pasado mal cuando he visto que se cometía una injusticia con alguien y si he podido ayudar, lo he hecho. En mi municipio y en los demás. Seguiría ayudando a todo el que lo  necesitaría pero trataría de distinguir mejor a los aprovechados.

     

    -Si pudieras elegir haber nacido con una habilidad concreta, ¿con cuál te hubiera gustado contar?

    -Me hubiera encantado saber cantar, pero tengo mal oído. En un mundo ideal hubiera sido piloto y cantante (risas), creo que ambas son compatibles.

     

    -¿Qué libro te ha marcado y qué autor destacarías?

    -No me gusta mucho leer.

     

    -Una película especial, y ¿por qué lo es?

    -Tampoco me gusta mucho el cine. Aunque me acuerdo de la primera película que vi, una del oeste, ‘Los hermanos azules’, la vi en el cine de Tinajo, y no me olvidaré nunca.

     

    -Una canción, cantante o grupo.

    -Muchos, pero si tengo que decir uno, Julio Iglesias. Me encanta como canta y sus letras. También José Luis Perales me gusta bastante.

     

     

    -Un viaje único que no puedes olvidar.

    -Me han marcado los viajes a lugares donde se percibe claramente la miseria y la pobreza. Ver a los niños pasando hambre… y no poder ayudar.

     

    -Y si pudieras elegir un deseo, ¿qué pedirías?

    -Que a nadie de mi pueblo le faltara nada, que todo el mundo fuera feliz, que tuvieran los mejores servicios sociales, sanitarios y, en general, servicios públicos… que todo el mundo tuviera trabajo y perteneciera a una clase media desahogada. ¡Tampoco es tanto pedir!

     

    -¿Crees que tu vocación política te viene de esa necesidad de reparar injusticias?

    -Es probable. Recuerdo que la primera vez que hablé con un alcalde fue con Segundo Rodríguez para pedirle los bloques para hacerme mi casa, el Ayuntamiento los facilitaba mediante un plan de pago… te hablo de hace muchísimos años, tenía 17 años. Luego fui concejal con Luis Perdomo… pero nunca pensé en llegar a ser alcalde, y mira, las circunstancias… Mi vocación le ha costado muchos disgustos a mi familia, pero a estas alturas creo que mi familia es mi pueblo. Es Tinajo.

     

    Comentarios (2)