Domingo, 14 Diciembre 2025
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El paro en el sector se multiplica y arrastra a muchas otras ramas de actividad

Lancelot Digital
Vídeo: Lancelot Televisión

El paro en Lanzarote, que supera el 30 por ciento de la población activa, eligió como primera víctima al sector de la construcción, donde el declive se inició en el año 2007 y ha visto cómo desde entonces hasta hoy el desempleo ha aumentado en un 200% en Canarias y casi 50 mil personas se han quedado sin trabajo en esta rama de actividad, según la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores de Las Palmas.

En la isla conejera, la construcción pasó de representar el 12 por ciento del paro en 2007 a suponer el 17,4 por ciento sólo un año después. Y si había 791 personas sin trabajo en el sector hace cinco años, en marzo pasado eran 2.000 más.

“Han desaparecido muchas de las empresas que se dedicaban a la construcción y a la promoción, y la tasa de desempleo es muy alta en el sector”, resume Neftalí Acosta, presidente de la Asociación de Constructores de Lanzarote, quien explica que “hay que tener en cuenta que cada trabajador directo de la construcción genera dos puestos y medio de manera indirecta“.

Hoy, encontrar una obra de construcción en Lanzarote es casi un milagro. Si antes las grúas se integraban como un elemento más del paisaje conejero, ahora se ha pasado a una isla casi sin movimiento. Sólo salvan al sector la escasa inversión pública, como la circunvalación de Arrecife, o la colaboración con lo privado, como la remodelación del hotel Occidental Oasis de Costa Teguise, que actualmente es la mayor obra de la isla, con 270 empleados.

“Nuestros tres pilares siempre hemos dicho que son la obra pública, la rehabilitación de la planta alojativa y las viviendas de protección oficial, pero ahora mismo esos tres pilares están totalmente paralizados o estancados”, lamenta Acosta, para el que “necesitamos un repunte, pero hasta que no mejore un poco la economía y fluya el crédito bancario, va a ser difícil que podamos recuperar“.

Francisco Fernández es oficial de albañilería. Llegó hace más de 20 años a una isla en pleno “boom” inmobiliario, “se ganaba mucho dinero y había trabajo para todos, se podía hacer de todo”, según recuerda, pero “el que mete muchos bocados de golpe termina atragantado: hay que masticar y comer poquito a poco”.

Ahora, el recorte en los Presupuestos Generales del Estado pone en riesgo las pocas obras que quedan.

Con este panorama, muchos trabajadores de la construcción que llegaron atraídos por la gran oferta de empleo que había en Lanzarote ya se han marchado.

Otros, con su vida arraigada en la isla, han optado por reciclarse y acudir a talleres de empleo para encontrar otras salidas laborales. María del Mar Vera, pedagoga y ex directora de uno de esos talleres, cuenta que “hubo dos especialidades, de mantenimiento y energías renovables y de rehabilitación de espacios públicos, con alumnado procedente del sector de la construcción”.

Los trabajos que recibieron el visto bueno del Colegio de Arquitectos han sufrido también un retroceso brutal: en el 2006 fueron más de mil, mientras que el año pasado se redujeron a sólo 165.

Por eso, los arquitectos, arquitectos técnicos e ingenieros han tenido también que buscarse otra manera de ganarse la vida. Es el caso de Daniel González, que imparte clases a jóvenes parados para formarles en rehabilitación de edificios. “Lógicamente nos ha afectado de manera tremenda el bajón en la construcción y cada uno estamos buscando por donde podemos“, explica. Por ejemplo, “hay compañeros que se están dedicando a las tasaciones, donde la actividad ha descendido pero todavía hay un área de trabajo ahí”.

La caída en la construcción arrastra a otras muchas empresas: la venta de cemento cayó en un 50 por ciento en febrero, pasando de 5.234 toneladas a 2.707.

Además, carpinteros, fontaneros, electricistas y transportistas -entre otros- se ven afectados negativamente y muchas de sus empresas se han visto abocadas al cierre.

Otras grandes perjudicadas son las inmobiliarias: en Lanzarote existen 2.000 viviendas vacías de nueva construcción y los locales de “Compro oro” han sustituido a los que antes vendían casas. La directora de Hormicasa, Ana Fernández, reconoce que “estamos en un momento de transición en el que nos estamos volcando más al alquiler, porque las ventas no existen o tienen mucha dificultad por el tema de la financiación, e incluso en algunas de nuestras propiedades hemos hecho el “alquiler opción compra”".


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