Domingo, 14 Diciembre 2025
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Pretende dividirla hasta en ocho tramos diferenciados para bañistas, surfistas y kitesurfistas

Lancelot
Foto: Archivo Lancelot

En la nueva Ordenanza Reguladora del Procedimiento de Usos de las Playas de Teguise quedan definidos los usos en las playas; el número de hamacas y los tramos donde se ubican; los pasillos marítimos para entrada y salida de elementos náuticos; las zonas exclusivas de baño; las preferentes para las escuelas de surf; y el espacio destinado para la práctica del kitesurf.

Hay otros muchos aspectos de la normativa que la gente no tiene tan claros, como la prohibición de jugar con palas o pelotas en la playa, acampar, hacer asaderos o la limitación de los espacios para bañarse o practicar deportes.

La playa más afectada del municipio por esta nueva normativa es la de Famara, que quedaría dividida en ocho espacios, con usos diferenciados. En total habría tres zonas distintas destinadas a los bañistas, sumando en total un 60 por ciento de la costa; otras tres zonas para el surf libre; una para las escuelas de surf y otra para el kitesurf.

Esto, según un esquema inicial que puede experimentar algunas modificaciones, según destacan desde el Ayuntamiento, una vez que se analicen las alegaciones que se presenten a la nueva normativa.

Pero lo cierto es que ya se han empezado a escuchar voces críticas por todas estas proyectadas divisiones en una playa en la que, aseguran, nunca ha habido problemas de convivencia.

En respuesta a dichas voces, el concejal de Playas del Ayuntamiento de Teguise, Eugenio Robayna señala que “la playa de Famara, además de ser un sitio para practicar deportes náuticos, es también una playa para pasear a la que va mucha gente mayor por las mañanas y por las tardes. Hay que marcar unos límites, porque si no estás personas ven lesionados su derecho de disfrutar de la playa”.

En cualquier caso, aclara “nosotros no estamos cerrados a nada, de hecho nuestra intención es ir al pueblo y hablar con unos y otros, escuchar todo lo que tengan que decirnos y tratar de consensuar opiniones. De hecho, yo incluso plantearía la posibilidad de respetar las normas de una manera estricta en verano y ser más laxos durante la temporada invernal, que va mucha menos gente a la playa y las molestias son mucho más reducidas”.

(LEA EL REPORTAJE COMPLETO EN EL SEMANARIO LANCELOT DE ESTA SEMANA)


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