La residencia "Sol de Otoño" ya está vacía tras completarse el traslado de los ancianos

El han salido los seis últimos que quedaban. Se espera el precinto y la clausura del lugar
Lancelot Digital
Foto: Archivo Lancelot
La polémica residencia de ancianos “Sol de Otoño” de Tías ha quedado definitivamente vacía este viernes por la mañana, después de que salieran de ella los últimos seis internos que quedaban y que tienen como destino -junto a otros catorce- la Residencia y Centro de Rehabilitación Psicosocial Julio Santiago Obeso, en Tahíche, un establecimiento perteneciente al Cabildo que desde junio del año pasado funciona regularmente a cargo de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias de la isla (AFA Lanzarote).
Los otros once ancianos que se alojaban en el lugar al momento de conocerse la orden judicial de cierre que pesaba sobre el establecimiento ya se habían ido trasladando durante la semana pasada a la residencia Amma Tías (siete al sector privado y dos al público) y a las dependencias también públicas existentes en el hospital insular (otros dos), según explicaba el consejero de Bienestar Social del Cabildo lanzaroteño, Marci Acuña.
Por lo tanto, ahora sólo falta que se dé cumplimiento a la orden de cierre definitivo de “Sol de Otoño” -que debe ejecutarse desde el Gobierno de Canarias- y la de precintar el lugar que había decretado el Ayuntamiento de Tías al saltar la polémica y había dejado en suspenso hasta que quedara desalojado. Sin embargo, desde el Consistorio tiense todavía no saben en qué momento se hará efectiva esa medida.
Este viernes pasado el mediodía se completaba el ingreso de 20 ancianos en el centro de salud mental de Tahíche, según confirmaba el presidente de AFA, Manuel Ruiz. El traslado se ha ido escalonando a lo largo de la semana e incluso todavía no se ha completado porque uno de ellos ha sido ingresado primero al hospital para unos estudios médicos.
“Demasiado apresurado”
En el centro de salud mental de Tahíche hay ahora “un pifostio del carajo, anoche (por la noche del jueves) había un ruido tremendo, y eso que todavía faltaban por entrar los seis de hoy (viernes)”, describe Manuel Ruiz, quien lamenta lo “precipitado” que ha sido el traslado, porque “son personas mayores, con demencia y entran a un lugar que no conocen y donde los atiende gente que no conocen”.
Por eso el presidente de AFA está convencido de que “en estos casos se debe proceder con más cautela, de forma más lenta, aunque entiendo que no haya habido otra manera por la exigencia de la ley”, por lo que ahora sólo queda “esperar que se vayan adaptando” los nuevos internos.
Para asistir a esos 20 nuevos ancianos, AFA sólo ha podido contratar a nueve auxiliares y uno más a media jornada para la atención directa, además de una enfermera a jornada completa y el personal de limpieza. A ellos se suman otros dos auxiliares que les “presta” el Cabildo por la mañana y otros tantos por la tarde, según explica Ruiz, quien considera que “no es la excelencia, pero sí es una respuesta suficiente” a las nuevas necesidades.
Posible reapertura
Respecto al futuro de “Sol de Otoño”, Marci Acuña insiste en la idea de que “alguien quiera hacerse cargo y presente un proyecto de centro acorde a las necesidades y la legalidad” para que la residencia pueda reabrir sus puertas y ampliar la capacidad de atención de los ancianos de la isla, aunque asegura que el lugar no volverá a funcionar con los mismos responsables y trabajadores que allí se desempeñaban hasta ahora. Igualmente, recalca que se trata de un establecimiento privado y que “lo único que hará el Cabildo es velar por que lo que se haga allí sea con todas las garantías”.