Domingo, 14 Diciembre 2025
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Jugadores residentes, turistas y paseantes disfrutaron de una partida de bola canaria al caer la noche en la localidad costera

 

  • Lancelot Digital/Marcacanaria
  • Lancelot Digital

 

Todo ha evolucionado en Lanzarote en las últimas décadas y podría afirmarse que la mayoría de cambios han servido para impulsar la isla y mejorar la vida de los residentes. Sin embargo, en ocasiones, con estos adelantos se pierde parte de la esencia y las costumbres del lugar pueden verse mermadas.

 

En la noche de este lunes, por suerte, se pudo vivir una estampa bonita entre residentes, paseantes y visitantes que se quedaban perplejos viendo cómo los componentes de los equipos de bola canaria lanzaban las esferas con tanta precisión. 

 

Todo ello sirve para recordar que Lanzarote tiene que seguir evolucionando para no quedarse atrás pero no por ello debe perder sus tradiciones; sino crecer a partir de ellas.

 

Historia de la bola canaria 

 

No se conocen documentos que establezcan como llegó el juego de la bola canaria a las Islas. Sus antecedentes se encuentran en juegos franceses y castellanos del siglo XV y se cree que este llegó a Canarias con los primeros conquistadores y se versionó.

 

En el Archipiélago se señala a Lanzarote como el centro más importante de bola canaria. Es por esto por lo que ha este juego también se le denomina “bola conejera”. El juego se difundió entre las distintas islas, como Tenerife o Gran Canaria, con las emigraciones conejeras de finales del siglo XIX. Actualmente, la práctica de bola canaria está presente en todas las Islas.

 

Características de este juego tradicional


El juego de la bola canaria consiste en lanzar una bola desde una línea de salida conocida como “rayo”. El objetivo es aproximarse lo más posible a una bola más pequeña, denominada “miche” o “mingue”, con el mayor número de bolas disponibles del propio equipo. Los jugadores participan por turnos, decidiendo en el momento qué componente del equipo debe lanzar.

 

Las dimensiones del campo en el que se juega son de entre 18 y 25 metros de largo y de entre 3 y 6 metros de ancho. Por otro lado, el material del terreno puede ser tierra, jable o arena.

 

Por su parte, las bolas tienen un diámetro de entre 90 y 120 milímetros y pesan como mínimo un kilo y como máximo 1,2 kilos. Con respecto al material con el que se fabrican estas, se consideran las mejores aquellas elaboradas con madera de palo blanco. Sin embargo, hoy en día, el uso de la bola de pasta está muy generalizado.

 

El boliche o mingue, esencial en el desarrollo del juego, pues se trata de la pieza que actúa como referencia, es metálico y tiene un diámetro de 35 a 45 milímetros, así como un peso mínimo de 50 gramos y máximo de 500 gramos.

 

Las partidas en este juego suelen ser de doce turnos y es habitual jugar más de una seguida. En cuanto a las bolas, el número de estas por equipo es de doce y se reparten entre los distintos jugadores, siendo tres el número máximo de bolas que puede tener cada uno. Además, lo normal es que los equipos estén formados por 4 jugadores.

Las bolas de un equipo se diferencian de las del otro por la presencia, o no, de una raya. En otros casos, de una tacha o pequeño clavo o simplemente con el uso de diferentes colores según el equipo. Gana el equipo que primero llega a dos victorias.

 


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