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LagOmar, la leyenda de una hermosa casa que revive tras la muerte de "su antiguo dueño", el actor Omar Sharif

En los años setenta todo el mundo llegó a creer que el actor realmente había perdido la cabeza y la casa en una partida de cartas

Lancelot Televisión

 

El pasado 10 de julio fallecía, a los 83 años, el actor egipcio Omar Shariff. Muchos recordaban sus papeles en Doctor Zhivago y Lawrende de Arabia, pero aquí, en Lanzarote, se recordaba algo más: la leyenda de Lagomar.

 

Lancelot Televisión se ha acercado a esta hermosa casa construída en una rofera que se encontró la arquitecta uruguaya Beatriz Van Hoff en los años noventa cuando acudió a la isla junto a su matido, también arquitecto. Tuvieron la visionaria idea de construír el restaurante y el bar, para lo que recibieron la ayuda de los mejores: César Manrique y Jesús Soto.

 

“Conocimos a César Manrique, que fue quién nos fue dando las indicaciones para poder continuar su legado en la topografía ondulante de Lanzarote y especialmente en esta rofera, los muros curvos, las jardineras, la vegetación lanzaroteña y nos atrevimos con la parte de abajo, pero la casa ya estaba hecha”, explica Beatriz Van Hoff, propietaria de Lagomar.

 

Varios años tardaron en convertir en realidad el conjunto de Lagomar, siempre con la casa como referencia y principal atractivo. Aquí es dónde realidad y leyenda se entremezclan. “La leyenda dice que Omar Sharif vino en los años setenta a grabar la Isla Misteriosa de Julio Verne, dirigida por Juan Antonio Barden y en esa época le invitan los promotores de la casa y de Oasis de Nazaret a que venga a conocerla”, cuenta. “Hacen una cena, con vecinos de la localidad, y según la leyenda, se enamora de la casa y la compra”

 

La leyenda continúa cuando de habla de que Omar Shariff perdió esta hermosa vivienda por su excesivo amor al juego. La partida de bridge se celebró y muchos aseguran que el actor no pudo vencer a su contrincante, todo un Campeón de Europa, pero el resto pertenece a la imaginación. “A los dos o tres días, el promotor le reta a jugar una partida de bridge, y el actor la pierde”, señala la arquitecta, apuntando que no hay mucho más documentado, si perdió o no perdió la casa, si fue un acuerdo con el promotor para poder usar su nombre y promocionarse.

 

Para los que les guste creer y tengan curiosidad, la casa conocida como de Omar Sharif, se ha convertido ahora en un museo, al que entran los turistas por 5 euros y los residentes por 2 euros. Aquí pueden ver la fotografía de la supuesta partida letal de bridge, así como una estancia dedicada a Jesús Soto, mano derecha de Manrique, pero leyendas aparte, lo que sin duda puede llamar más la atención es cómo una antigua rofera, acabó convirtiéndose en un lugar lleno de detalles y recovecos. Un sitio en el que la música, la bebida, la comida y el arte se hivieron hueco en la naturaleza, con independencia de auqe Omar Sharif perdiera la cabeza y la casa en una partida de bridge.

 

 

 

 

 

 

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