Domingo, 14 Diciembre 2025
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Las zonas más afectadas son Caleta de Famara y el casco urbano de Arrecife

Mar Arias Couce
Vídeo: Lancelot Televisión

La posibilidad de que las antenas de telefonía móvil tengan un efecto nocivo en la salud humana es, según la comunidad científica internacional, muy baja siempre y cuando no exista contacto directo con dichas antenas. Sin embargo, el temor a estas antenas, sobre todo cuando están ubicadas en núcleos urbanos, está socialmente muy extendido por toda la geografía nacional, y Lanzarote no es una excepción. Por este motivo, son muchas las antenas que se han ido retirando en los últimos años de los diferentes núcleos poblacionales de la isla, y esta situación está provocando una perdida de cobertura telefónica importante que, de seguir avanzando, podría perjudicar seriamente las telecomunicaciones insulares.
En este sentido, Mauricio Cerpa, operador de telecomunicaciones, asegura que estamos ante un grave problema, ya que según afirma, se ha perdido alrededor de un 30 por ciento de cobertura en la isla, siendo las zonas más afectadas Caleta de Famara y el casco histórico de Arrecife. “La telefonía móvil está desapareciendo de los cascos urbanos debido a la alarma generalizada entre la ciudadanía que lleva a los ayuntamientos a retirarlas de sus ubicaciones”, señala, apuntando que en Lanzarote se está dando un gran paso hacia atrás.
“Además, las compañías telefónicas vuelven a dirigirse a los ayuntamiento para instalar nuevos repetidores y se encuentran las pegas de los propios consistorios y de Sanidad, que ante el temor ciudadano prefiere prohibir su instalación, a pesar de que no existen estudios que prueben que las antenas puedan causar daños”.
En la actualidad, todas las compañías telefónicas ubicadas en la isla se están viendo perjudicadas por esta situación. “Tal vez la menos perjudicada sea Telefónica, aunque también lo está, ya que está más implantada que las demás”, asegura, señalando que casi toda la isla está afectada por igual. “Hay zonas, como Caleta de Famara, por ejemplo, en las que Vodafone y Orange han dejado de operar. Sólo les queda telefónica y acabarán teniendo que cortar el suministro porque los ayuntamientos están mandando quitar los repetidores y se perderá del todo la cobertura”. “La realidad es que nadie quiere antenas ni telefonía móvil, pero todo el mundo quiere tener un teléfono móvil que funcione a la perfección”, señala. “Si una persona tiene que llamar al 091 o al 112 en medio de la calle porque ha presenciado un accidente, no podrá hacerlo por falta de cobertura”.

Más problemas
Este problema se hace extensible también a los medios de comunicación, a las radios y a las televisiones dónde se complicará la posibilidad de hacer entrevistas en directo, y también a los usuarios de Internet. “Dentro de poco tendremos a nuestra disposición la televisión por móvil como algo normal, pero en Lanzarote no podremos acceder a ella por falta de cobertura”, insiste. “Lo curioso es que la gente no se da cuenta que los teléfonos actuales son inteligentes y funcionan con una potencia mucho menor si el repetidor está cerca, mientras que si están lejos ese teléfonos que está pegado a la oreja tendrá que usar una potencia de transmisión mucho mayor, algo que, en el caso de que fuera perjudicial que no hay nada que avale esa afirmación, sería mucho peor”.
Para Cerpa es evidente que los rumores al respecto se empezaron extendiendo por pura envidia y acabaron convirtiéndose en un alud imparable. “Las compañías telefónicas pagan un dinero a las comunidades de vecinos de los edificios en que ubican sus antenas y muchas veces los edificios vecinos acababan difundiendo bulos para ninguno se beneficiara económicamente de esta situación”, explica.
Hasta el momento se han quitado una decena de antenas. “Muchas compañías viendo la situación han optado por camuflar las antenas, pero lo cierto es que de seguir así, acabaremos por no poder usar los móviles”, señala, y añade. “Es increíble que en Estados Unidos tengas cobertura en el metro, y en algunas zonas de la isla no la haya ni en medio de la calle. Es un retraso enorme para Lanzarote”.
Cerpa asegura que no tiene sentido que ahora salgan personas diciendo que llevan meses con dolor de cabeza “supuestamente por culpa de una antena de telefonía móvil que lleva quince años instalada cerca de su casa, ¿antes la cabeza no le dolía? Nos estamos volviendo locos”. “¿Cuántas personas hay dañadas por estas antenas? Nadie. No hay casos comprobados, es una especie de rumor urbano que va de boca en boca”, explica. “Lo más contradictorio es que luego nos sometemos a tratamientos de radioterapia para quitarnos el vello de ciertas zonas del cuerpo o para curar enfermedad, ¿y porqué para eso es bueno y supuestamente es malo para las comunicaciones?”. “De seguir así acabaremos usando auténticos ladrillos de teléfonos que necesitarán mucha más potencia para captar la señal”, concluye. “Dudo que eso nos beneficie en algo”.


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