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Lanzarote y Fuerteventura se unirán más que nunca este domingo

 

 

En la época coronavírica que estamos viviendo de distanciamiento social y personal, surgen actuaciones que sirven para reflotar la sociedad 

 

  • Guillermo Uruñuela
  • Cedida
  •  

    Nos necesitamos más que nunca los unos a los otros, y por eso, cualquier actuación que se tome a título individual o grupal para mejorar la situación puede ser un paso importante a la hora de recuperar la normalidad. Los entendidos en la materia tardarán un tiempo prudencial en encontrar remedio a todo este tinglado y los representantes políticos mantienen el tejido como pueden -algunos con más acierto que otros-. 

     

    El fútbol ha dado una lección desde el minuto uno a todos. Hablar de fútbol quizá sea algo genérico y más apropiado sería personificarlo en todos aquellos que configuran el entramado, cada cual desde su campo. Los clubs han buscado soluciones en un panorama minado de constantes trabas, los futbolistas han obedecido y entrenado donde se les ha mandado cuando se les ha mandado sin poner pegas a las condiciones nefastas;  los seguidores más de lo mismo.

     

    Muchos han acudido a animar a su equipo, como el pasado sábado en Tahíche, desde un risco o se han acercado a los aledaños del estadio para mínimamente trasladar su aliento a los jugadores. La Peña Trifulka no ha dudado a la hora de estar cerca del equipo en un momento complicado, tanto social como deportivo, porque las cosas no están saliendo como se esperaba. 

     

     

    El Cabildo Insular de Lanzarote se mantiene firme en sus restricciones y, si no es la única afición de Tercera División de España, es de las pocas que no pueden acudir al estadio a ver fútbol los domingos. No ocurre en ningún otro punto; incluso en el archipiélago se está gestionando de una forma bien distinta -la UD Guía metió varios centenares de personas en el partido de Copa del Rey ante el Buñol- y es por todo ello que los Trifulkas acudirán el domingo a Fuerteventura a realizar un acto de hermanamiento con la afición de la UD Gran Tarajal -Marea Verde GT- y de esa forma poder ver a su equipo.

     

    Ya el año pasado pudimos presenciar cómo llevaron los colores de la UD más allá de nuestras fronteras, generando vínculos con la afición del Atlético Paso. La Peña Trifulka -por lo menos, desde que el arriba firmante reside en al isla- ha dado lecciones temporada tras temporada.

     

     

     

    Detrás de esa fachada tatuada de hincha futbolero sin camiseta, se encuentran algunos tipos muy coherentes, que ha sido fieles al equipo siempre. En las buenas y en las malas. Han apoyado, económicamente, en este momento delicado al club, gastándose un dinero en algunos casos que no era sobrante. Han llenado de color rojo las gradas de muchos estadios de Canarias. Han ayudado a integrarse a los foráneos, haciéndoles sentir como en casa... En definitiva, hasta la fecha, estos Trifulkas han hecho más por el fútbol -en este caso, por la UD Lanzarote- que muchos otros que serán, precisamente, los que aparezcan en las fotos el día que el equipo regrese a la Segunda División B. 

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