Las cabras y los atunes pueden desaparecer de Lanzarote

La constante subida de los costes, y el relevo generacional pone en peligro a muchos ganaderos, pescadores y agricultores
- Lancelot Digital
- Jesús Betancort
Lo que queda del sector primario lanzaroteño está más en riesgo que nunca. La subida del precio de los combustibles y los alimentos, potenciada aún más por el conflicto bélico de Ucrania, amenaza seriamente a los sectores más tradicionales de la isla como son el pesquero, el agrícola y el ganadero, ya muy diezmados en los últimos tiempos. En la actualidad, apenas subsiste a duras penas la vid y el sector caprino, pero de seguir así la situación también ellos acabarán por tirar la toalla si trabajar de sol a sol apenas les permite cubrir gastos. Lanzarote corre el peligro de pasar a depender exclusivamente del sector servicios.
La pesca llegó a ser una de las principales fuentes de riqueza de la isla. Lanzarote contaba con una relevante flota sardinal y atunera, entre las más importantes de España. A principios de la década de los años 80, la isla dependía en un 70% de las actividades pesqueras y conserveras. Los acuerdos de Pesca de la UE con Marruecos acabaron suponiendo el desguace de gran parte de la misma. La isla cuenta ahora con apenas siete atuneros, pero llegó a tener 23 barcos en activo.
El recuerdo de la importancia del sector todavía está cercano. En 1984 Arrecife contaba con siete fábricas conserveras: Agramar, Atunera Canaria, Garavilla, Lanzarote, Lloret y linares, Hijos de Ángel Ojeda y Rocar, que llegaron a producir unas 40.000 toneladas anuales de conservas de pescado, además de grandes cantidades de harina y aceite de pescado. Al comenzar la década de los años 80, Lloret y Linares contaba con una flota de unos 150tripulantes y Rocar con una de 104. En el año 1999, cuando Marruecos no renueva el acuerdo pesquero con la UE, sólo quedaban abiertas tres industrias: Conservas Garavilla, dedicada al enlatado de sardinas, Harimarsa y Agramar, orientadas exclusivamente a subproductos de pescado, harina y aceite.
Desde entonces, la industria pesquera no ha hecho más que reducirse hasta desaparecer hace años la flota sardinal por completo y poco a poco el resto. La pandemia y ahora el conflicto de Ucrania puede ser el tiro de gracia en la nuca.
Así lo explica Andrés Cedrés, gerente de Optuna, empresa que se ocupa del sector atunero en Lanzarote. "Antes teníamos una flota enorme de atuneros que tuvimos que ir disminuyéndola y la mayoría de los armadores, tuvieron finalmente que desguazar porque no había posibilidades de pescar", señala. "Siempre ha habido problemas con la flota atunera, sobre todo por la reducción de cupos, pero ahora se añaden otras cuestiones, como la falta de personal cualificado, pero sobre todo las pocas capturas que hay. Nos han limitado las capturas de Thunnus obesus, o patudos, y hay 1.150 toneladas para 35 atuneros cañeros", señala.
Esta reducción de las cuotas es precisamente lo que está provocando que el negocio esté dejando de ser rentable. "Hemos tenido hasta 18 reuniones con el Gobierno de Canarias. Nosotros vivimos exclusivamente del atún y no tenemos cuota, y encima tenemos el gasoil al doble del precio del año pasado. Nosotros navegamos a África, tenemos licencia con Madeira, que te pones a doce millas para pescar, y llegamos a Azores, y nos ponemos por cien millas al exterior y gastamos muchísimo. Podemos gastar más de 20.000 litros de gasoil al mes", añade. "Lo más grave es que antes pescabas casi todo el año porque había más cuota de atún, pero ahora... De septiembre a marzo estamos amarrados, y así no se puede mantener la fábrica abierta, ni nada".
Lo mismo está ocurriendo con el sector agrario, que, entre la sequía y la falta de ayudas, se ha quedado prácticamente reducido a la viña, y con el sector ganadero, avocado también a desaparecer si no trata de remediarse.
Ganaderos por 400 euros
Las últimas estadísticas sobre el sector ganadero del Gobierno de Canarias señalaban que en Lanzarote hay unas 19.469 cabras; 156 vacas; 4.616 ovejas; 1.387 cerdos y 344 conejos. De todas ellas, es la ganadería caprina la más relevante y no deja de reducirse. En el año 2014 había en la isla 23.481 cabras.
Los ganaderos trabajan de sol a sol para cuidar y alimentar a estos animales, pero la constante subida de los costes, del transporte y de los alimentos, están llevando a muchos de ellos a renunciar, ya que no les alcanza para cubrir costes. Los más jóvenes han tirado ya la toalla porque no ven futuro en el sector.
Julio Rodríguez, presidente de la Asociación Ganaderos de Guanapay y Alexander Arbelo, representante de la asociación canaria de ganaderos lo corroboran. "Estamos trabajando en mínimos. Se ha incrementado mucho el coste del transporte del alimento y éste ha subido muchísimo. El pienso se trae todo de fuera en Lanzarote no hay para abastecer la ganadería y el precio es muy elevado. ya prácticamente vivimos de las ayudas", señalan. "Estamos peor que durante la pandemia. En un sólo año ha subido el coste de los alimentos hasta tres veces y ahora esperamos la subida más fuerte".
Pero, ¿se puede subsistir dedicándose sólo a la ganadería?
La triste respuesta es que no, al menos en Lanzarote y en estos momentos. Arbelo explica que tiene 500 cabras, pero con la subida de los costes de todo, agua, luz, forraje, no se puede permitir un empleado. "Si nos ponemos a mirar la calculadora, esto no compensa", señala. "Nosotros solo estamos mi padre y yo, y yo tengo que tener otro trabajo para poder subsistir y me levanto a las dos y media de la mañana... esto no hay quien lo aguante. Muchos ganaderos están pensando en dejarlo y tirar la toalla, sobre todo los más jóvenes. En nuestra asociación tenemos 58 explotaciones ganaderas y muchos chicos lo han dejado ya".
Los costes de un producto de calidad son muy elevados. Otras queserías usan leche en polvo y, claro, el producto es más económico y las grandes superficies lo prefieren. "La solución no es subir el precio de la leche porque si a la quesería le va bien, al ganadero le va bien. Nosotros le pedimos a la consejera del Gobierno de Canarias que toque el Rea, que da una ayuda a la importación, que quite las ayudas al producto que viene de fuera para que no nos hagan competencia", señalan.
Los ganaderos insisten en que lo que piden es mayor implicación por parte del Gobierno de Canarias y también aseguran que ayudaría mucho que el Cabildo sacara adelante por fin el nuevo Plan Insular porque, si no se hace por ayudar al sector, este tiene las horas contadas.
Ayudas al sector del transporte
El Gobierno de Canarias valoraba en marzo una serie de medidas para ayudar a todos los sectores de las Islas que se están viendo afectados por la crisis económica que supone el incremento del precio de los combustibles y la guerra entre Ucrania y Rusia, una crisis que está afectando directamente al sector del transporte que es uno de los que recibirá apoyo por parte de la administración regional. Este apoyo, sin embargo, matizó el consejero Franquis, tendrá que ser coordinado y consensuado con el Gobierno de España para articular las medidas concretas de ayuda a los sectores afectados como el del transporte insular. "Estamos afrontando una crisis internacional que no sólo afecta a nuestra Comunidad, aunque nos afecte especialmente. Estamos acordando con el Gobierno Central medidas concretas, unas medidas que han de encajar en el marco de actuación que va a fijar la Unión Europea porque ante una, crisis global, la respuesta tiene que ser global de todos los países de la Unión Europea".
Y añade. "El Gobierno de Canarias, igual que el de España, ha dicho con absoluta claridad que se van a plantear medidas para ayudar al sector del transporte en las Islas así como al resto sectores que están siendo más afectados por las consecuencias de esta crisis. Además, en Canarias las estamos sufriendo de forma directa porque dependemos muchísimo del exterior", añadió el consejero, "somos conscientes de las dificultades que estamos viviendo y el Gobierno es consciente de que hay que tomar medidas y lo quiere hacer con la colaboración y en coordinación con el conjunto de las administraciones públicas del Estado, medidas que van dirigidas fundamentalmente a defender los sectores que están siendo los más perjudicados por esta crisis.
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