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León Russo: "La situación era terrible; no había agua ni dinero"

 

Realizamos en Objetivo Lanzarote un recorrido histórico de la situación del agua en las últimas décadas 

 

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    El agua se ha convertido en los últimos años en el gran problema de Lanzarote. Un asunto que arranca desde décadas que se ha ido agravando por diversos aspectos.

     

    Hay que regresar a 1966 cuando Lanzarote, de ser una isla desértica y depender del agua de los aljibes y barcos que nutrían a la isla de la misma, pasa a incorporarse al club de las islas con agua. La razón no fue otra que la iniciativa de los Hermanos Díaz Rijo de implantar la primera planta potabilizadora de Europa.

     

    Esto permitió asumir una planta hotelera que demandaba agua y así se consolidó la isla como un destino turístico de referencia. Desde entonces Lanzarote gestionó bien sus recursos y todavía se recuerdan los años de gestión del socialista Guillermo León Russo, cuando la gestión pública del consorcio del agua incluso daba beneficios.

     

    Sin embargo, la creación de Inalsa acabaría convirtiendo el negocio del agua en un agujero negro político y de gestión opaca. Esta situación acabaría degenerando en un proceso concursal que acabaría subcontratando el ciclo integral del agua a una empresa concesionaria, Canal Gestión, que debió asumir las deudas y una importante inversión millonaria. El problema se ha agravado ahora tras conocerse las graves deficiencias de la red y la insuficiencia estructural de un sistema que hace aguas, y nunca mejor dicho, por todos lados.

     

    El dato más aterrador es que más del cincuenta por ciento del agua que se desala por las potabilizadoras de Punta de los Vientos se pierden por la red y que parte de la anticuada maquinaria está ya obsoleta. De hecho, este verano tras una avería en un bastidor de la planta Lanzarote obligaba a reducir la producción y a provocar continuos cortes del abastecimiento del agua en numerosas poblaciones.

     

    A esto hay que añadir, tuberías que se averían continuamente en La Graciosa o en San Bartolomé que afectan a agricultores pero también a los residentes de esta localidad y del municipio de Tinajo. Otra historia es los problemas con las aguas depuradas y el sinvivir de los agricultores que reciben cortes de agua día sí día también. En definitiva, Lanzarote necesita una inversión millonaria para atajar estos problemas y modernizar una planta de desalación que cubra la demanda de una isla que ya ha alcanzado los 160.000 habitantes. 

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