Los camellos de Timanfaya de “huelga” por falta de trabajo
De 700 viajes a 6 por días debido a la crisis turística provocada por el Covid 19
El icono turístico de Lanzarote por excelencia y una de las atracciones más demandadas por el turista, vive sus horas más bajas desde que hace 70 años un grupo de turistas alemanes pidieron a un agricultor de Uga, que estaba arando la tierra con su dromedario, si les daba un paseo por Timanfaya a los lomos de su camello.
Así empezó un negocio que hoy se ha convertido en el principal sustento de la economía del pequeño pueblo sureño de Uga, donde 27 familias viven de llevar en sus camellos a unos 300 mil turistas todos los años.
De dar 600 o 700 viajes al día se ha pasado, ayer miércoles, a dar 6 paseos en la llamada ruta de los Camellos de Timanfaya, tal y como confirma el camellero Marcial Viñoly. “No es rentable, claro que no… hay que darle de comer a todos los camellos, sacar los sueldos… estamos pidiendo para poder cumplir con el servicio y que no desaparezca esta actividad que lleva unos 70 años”, señala.
Este conocido propietario de camellos tiene claro que como todos los sectores relacionados con el turismo en Lanzarote lo están pasando mal. La diferencia es que su herramienta de trabajo come todos los días. “Hemos pasado de llevar a 600 personas al día a, durante las últimas dos semanas, no llevar ni veinte personas”, señala.
A pesar de todo, los camelleros siguen subiendo todos los días a prestar su servicio en el llamado Echadero de Los Camellos, aunque como le ocurre a Rudesindo Morales Lemes no se había estrenado.
Y ayer desde las nueve de la mañana, los casi 50 camellos que fueron a Timanfaya sólo dieron 6 viajes. “Es una ruina para todos, mientras no venga turismo a Lanzarote es lo que hay, vivimos del turismo… hasta que no se pongan las vacunas, no sabemos cuánto durará esto”, señalaba Morales.
“Lo estamos pasando mal, como todo el mundo en el sector turístico, hoy en día”, apuntaba Viñoly.
Sin duda con la Ruta de Los Camellos posiblemente nació en Canarias el llamado turismo de experiencias hoy tan valorado para cualquier destino que no quiera vivir sólo del sol y playa.
