Los vecinos de La Bufona cuyas casas están amenazas por derribos rompen su silencio
Han creado una asociación para defenderse de forma conjunta
Lancelot Televisión
Fe Fábregas compró una casa en La Bufona interior que ahora está amenazada por un derribo. Los hechos se remontan al año 2000. En un principio nada le hizo presagiar que su inversión podría convertirse en un gran problema. “A mí me dice el Ayuntamiento que esa es mi parcela, así que yo la considero mi parcela”, señala.
El caso de este matrimonio es parejo al de 48 vecinos más, cuya tranquilidad se ha visto alteradas por noticias aparecidas en prensa que les han hecho mucho daño. “Al principio leíamos la prensa para enterarnos de qué estaba pasando porque, claro, nosotros queríamos hablar con el constructor, con el señor que nos vendió, pero no había manera de dar con él, pero al final el propio médico fue el que me dijo que dejara de leer la prensa porque me estaba cogiendo unos nervios impresionantes”, cuenta Fábregas.
Según algunas interpretaciones, estas viviendas se encuentran en suelo rústico de paso de jable, un hecho que los afectados niegan porque no se recoge así en el PIOT. “Nosotros compramos la casa ya bien delimitada, bien cerrada, con el hueco de la piscina ya hecho. Es que hay que especificar porque ¿cómo se puede decir que es una zona rústica cuando yo tengo unos muros que, si fuera rústico, no podrían existir?”, se pregunta esta mujer.
Casandra García, abogada de profesión, tiene claro que el suyo es un caso de compradores de buena fe que se han visto arrastrados por un cúmulo de hechos ajenos a ellos. A día de hoy el desamparo es total, porque buscan soluciones a través del Avance del Plan General, pero no parece haber voluntad política. “El Ayuntamiento de Yaiza si que coge el toro por los cuernos para dar solución al problema con su Plan General incorporando la realidad física a la normativa y no al revés como pretende hacer el Ayuntamiento de Arrecife, y nosotros lo que decimos en las alegaciones presentadas es que esto es perfectamente solucionable”, explica esta abogada.
Las obras de La Bufona comenzaron en el año 95, pero los propietarios no tuvieron conocimiento de la amenaza que pendía sobre sus casas hasta el 2011. Para los afectados, la dejación de las administraciones implicadas en vigilar que no se construya de forma ilegal tuvo su eco en el último juicio por lo penal que se celebró sobre la Bufona. “Dice exactamente, y acredita como hecho probado, que la Agencia de Protección no precintó porque no tenían los medios suficientes para ellos y no paralizó las obras”, señala Casandra García
Los afectados por este nuevo disloque urbanístico han creado una asociación para defenderse de forma conjunta.