Domingo, 14 Diciembre 2025
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La defensa de Luis Lleó y el fiscal piden que se compruebe la autenticidad de las mismas para verificar que no han sido manipuladas

 

Lancelot Digital

Foto: Archivo Lancelot

 

El abogado de Luis Lleó, Manuel Matamoros, ha señalado a Lancelot Digital que no le consta que haya desaparecido la grabación original de la conversación entre Carlos Espino y Fernando Becerra ni la que posteriormente mantuvo su defendido con el político socialista.

 

Por el contrario, Matamoros señala que lo que ellos han solicitado es la autenticidad de esas grabaciones. Una petición a la que, según Canarias 7, ahora se ha adherido el fiscal, que considera esencial practicar esta prueba “para una adecuada decisión sobre la procedencia de la apertura del juicio oral”.

 

Concretamente, según Canarias 7, el Ministerio Fiscal pide que se verifique que las grabaciones no han sido modificadas y se excluya así la posibilidad de manipulación. Y es que, fuentes cercanas al caso creen que la defensa podría estar tratando con esta petición de autenticidad demostrar que se pudo manipular el contenido o que no  están íntegras.

 

Tanto la defensa de Lleó como la Fiscalía pidieron que un ingeniero se encargara de a revisión de las grabaciones, pero la magistrada ordenó que fuera la Policía Científica, quien el pasado 8 de enero se dirigió al Juzgado para comunicar que, dado que el análisis que se requiere es “de alta complejidad”, sería necesario “disponer de los equipos de grabación que fueron utilizados”. Sin embargo, según Canarias 7, las grabadores que Carlos Espino utilizó no existen, no están en la causa y se desconoce dónde están.

 

Sorprende además que las grabaciones originales de las conversaciones entre Fernando Becerra y Carlos Espino y de Luis Lleó con el político socialista no se encuentren. Y no sólo eso, sino que de la conversación de Lleó ni siquiera hay una copia y de la mantenida entre Espino y Becerra tan sólo haya una, a pesar de que cuando se hace una grabación y se incorpora a un proceso judicial debe haber tres copias (policía, fiscal y jueza).

 

Fuentes cercanas al caso creen incluso que la grabación entre Becerra y Espino pudo no existir nunca en la causa y, además, afirman que la transcripción de la misma “nunca se volcó en presencia del secretario judicial”.

 

En este sentido, Manuel Matamoros considera “lamentable” que algunos estén tratando de vender lo contrario, que esas pruebas la han hecho desaparecer los imputados, cuando precisamente lo que se quiere es comprobar la autenticidad de las mismas.

 

 


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