Marcial Martín: "César sería más grande si hubiera reconocido más la labor de Soto"
El que fuera primer director de los Centros de Arte, Cultura y Turismo de Lanzarote publica el libro Testigo de la Historia
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El que fuera primer director de los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT) de Lanzarote, Marcial Martín, publica el libro Testigo de la Historia, una obra en la que repasa la creación y evolución de estos espacios únicos que marcaron el desarrollo turístico y cultural de la isla. El libro será presentado el próximo jueves 16 en el Teatro de San Bartolomé.
Durante su participación en el programa Café de Periodistas, Martín recordó que los CACT fueron decisivos para impulsar la economía de Lanzarote y proyectar su imagen en el mundo. Un logro que atribuye especialmente a la visión conjunta del entonces presidente del Cabildo, José Ramírez Cerdá, y del artista César Manrique, quienes supieron unir arte, naturaleza y desarrollo sostenible mucho antes de que esos conceptos estuvieran de moda. “Mi criterio... Yo creo que fue una osadía y una valentía, una innovación y una épica. Eh, ¿valentía y osadía? Porque teníamos unos presupuestos en el Cabildo muy bajitos, muy precarios, de acuerdo con la economía. Para pagar al personal y poco más. Con carencias en sanidad, carencias en educación, carencias en alimentación, el setenta por ciento aproximadamente de analfabetismo, etcétera, Hablo de innovación, por lo que decíamos antes, porque el recurso que, que vio César Manrique, que atendió y aceptó como un maridaje entre los dos, fue el arte, el paisaje, la belleza del paisaje. O sea, vender eso para convertirlo en economía y en desarrollo”.
Sin embargo, Martín considera que la historia no ha hecho justicia con todos sus protagonistas. En su libro reivindica la figura de Jesús Soto, a quien define como un colaborador clave en el diseño y construcción de los Centros Turísticos. En ese sentido señalo estar convencido de que César sería aún más grande si hubiese reconocido más la labor de Jesús Soto. “Yo estoy seguro de que César sería más grande todavía si hubiera reconocido al equipo en el que él estaba. César no era un hombre de equipo. El equipo era de don José Ramírez Cerdá. Estoy seguro de que sin cada una de las personas que formaron parte de ese equipo y sin los trabajadores, no se hubiese realizado nada. Hablamos de pedreros, cabuqueros, electricistas, limpiadores, camareros, personal de conservación y mantenimiento, etcétera”.
El autor también destaca el trabajo del conocido equipo de Pepín Ramírez, un grupo de profesionales que, según explica, fue esencial para que la obra de Manrique alcanzara la calidad y prestigio que hoy se le reconoce. “Había un equipo, eran cinco personas. Y a mí me parece, que hay que reconocer que Jesús Soto fue el creador de la cueva de Los Verdes en Soledad, porque César no vivía aquí, vivía en Nueva York y trabajaba en Nueva York. La ruta de los volcanes, la casa de los volcanes, incluso una parte del hotel Fariones, lo que es la jardinería, también es obra de Soto”.
Respecto al futuro de los CACT, Martín advierte del riesgo de realizar "microintervenciones" sin criterio en estos espacios: "Hay que tener mucho cuidado, porque pequeñas modificaciones mal planteadas pueden desvirtuar la esencia artística de los centros".
Aun así, cree que la red de Centros puede seguir creciendo si se actúa con sensibilidad y respeto hacia el paisaje. Como ejemplo, menciona el Lago Verde de El Golfo, un enclave que, con una intervención artística adecuada, podría convertirse en un nuevo atractivo emblemático para la isla.