Más de 90 litros de lluvia en Yaiza tras el paso de la borrasca Emilia

Unas precipitaciones históricas que devuelven la esperanza al campo lanzaroteño

El campo lanzaroteño sonríe. Las lluvias caídas durante los tres días que la borrasca Emilia afectó a Canarias han dejado una media cercana a los 45 litros por metro cuadrado en la isla, con registros que no se veían desde hace años en algunos puntos.

Uno de los datos más destacados se registró en Yaiza, donde el pluviómetro del campo de fútbol acumuló casi 92 litros entre el viernes 12 y el domingo 14, convirtiéndose en una de las zonas más beneficiadas por este episodio de lluvias.

Las precipitaciones fueron, además, muy repartidas por todo el territorio insular, algo especialmente positivo para la agricultura. En el norte se alcanzaron unos 70 litros en Los Valles y más de 42 litros en Arrieta, mientras que en el centro de la isla se contabilizaron 60 litros por metro cuadrado en Montaña Blanca (San Bartolomé) y cerca de 45 litros en Playa Honda.

En Tinajo, municipio eminentemente agrícola, se recogieron alrededor de 60 litros, una cantidad muy bien recibida por el sector primario. En la costa, el pluviómetro de Las Cucharas, en Costa Teguise, superó los 31 litros, cifras similares a las registradas en Arrecife, donde en Argana Alta se alcanzaron casi 34 litros, sin que se produjeran incidencias graves por inundaciones.

Los datos más llamativos volvieron a darse en el sur de la isla. A los 92 litros acumulados en el campo de Fútbol de Yaiza se suman otros registros cercanos a los 60 litros por metro cuadrado en Uga, consolidando al municipio sureño como una de las zonas donde más agua dejó Emilia.

Estas lluvias llegan en un momento clave para los cultivos, especialmente para la papa, la batata y los cereales, y resultan esenciales para las plantaciones que no cuentan con riego artificial. El presidente del Consejo Regulador del Vino de Lanzarote, Jorge Rodríguez, también valoró de forma muy positiva el agua caída en La Geria, fundamental para los viñedos.

Los expertos coinciden en que, si en los próximos meses se producen algunas lluvias más, el año agrícola podría darse prácticamente por salvado en buena parte de la isla.