Viernes, 05 Diciembre 2025
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Todos los partidos coinciden en que es el principal reto de futuro pero durante décadas no se ha avanzado en la materia 

 

  • Lancelot Digital
  • cedida

 

Lanzarote, tras décadas, sigue "peleándose" por el agua. Uno de los mayores retos de futuro de la isla que lejos que avanzar se ha quedado estancado. Tanto es así que, pese a que los todos los partidos políticos coinciden en que es un área en el que todos tienen que ir a una, no se actúa como tal.

 

En estos momentos la producción es deficitaria y además, más de el 50% de este agua producida se pierde por una red de distribución anticuada que no soporta la presión que exige la realidad de la isla. Las roturas y averías son constantes y es habitual ver a localizaciones norteñas con cortes de agua.

 

Sin embargo, aunque no sea comparable el poder económico de ciertos país de Oriente Medio como Arabia Saudí o los Emiratos Árabes Unidos, se demuestra cómo es posible incluso transformar desiertos en "bosques" mientras que Lanzarote no consigue ni llevar agua al campo o a los hogares sin dificultades. 

 

Arabia Saudí está transformando su desierto en un centro agrícola

 

Arabia Saudita está transformando su desierto en un centro agrícola de alta tecnología mediante sistemas de riego por central pivô, visibles desde el espacio, y el uso de plantas desalinizadoras que convierten el agua de mar en agua dulce.

 

Además, los acuíferos subterráneos y la hidroponía optimizan el consumo de agua, mientras que cultivos resistentes a la sequía permiten una producción eficiente en condiciones extremas. Esta combinación de innovación y sostenibilidad no solo garantiza la seguridad alimentaria del país, sino que también demuestra el potencial de la tecnología para convertir paisajes áridos en tierras productivas.

 

El plan de Emiratos Árabes Unidos. Convertir el desierto en un auténtico bosque

 

 

Emiratos Árabes Unidos tiene un nuevo plan para convertir su ciudad más poblada, Dubái, en un auténtico vergel lleno de naturaleza y árboles que puedan sobrevivir en el inclemente clima de la región en la que se sitúa. Así, de acuerdo con la empresa creadora, Urb, el emirato estaría buscando transformar una antigua autopista en una senda peatonal cubierta por más de un millón de árboles convirtiendo así el desierto en un auténtico bosque de una manera sorprendente.

 

Con 64 kilómetros de longitud, la idea es transformar la carretera Sheikh Mohammad bin Zayed en una plantación de más de un millón de árboles, con un tranvía eléctrico alimentado por paneles solares que será capaz de abastecer con energía también a 130.000 hogares. Para que el agua de la lluvia sea aprovechada totalmente se instalarán drenajes ecológicos conocidos como bioswales que permitirán gestionar este tipo de aguas y reservarlas para el riego.

 


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