“Mis dos vocaciones, la docencia y la política, me han hecho muy feliz”

Inés Rojas, política, profesora y escritora, hace un recorrido de lo que ha sido su vida en la isla
- Lancelot Digital
El Cabildo de Lanzarote homenajeaba, con motivo del Día Internacional de las Mujeres, a 8 mujeres “significativas” de la isla, por su labor y valores con perspectiva de género. Lancelot Medios ha querido conocerlas un poco mejor, y por ello, cada mes hablaremos de una de ellas. En abril, conoceremos un poco más a Inés Rojas, política, profesora y escritora. Comenzó dando clases particulares y para adultos, hasta que, en 1989, entró en listas, y Educación la envío a las Remudas de Telde. A la vez, en la Legislatura 1991/1995 daba sus primeros pasos en política, como concejala de Educación en Teguise, al tiempo que daba clases de Enseñanza para adultos. En la siguiente legislatura fue conejal en Tinajo, pero no abandona la educación. Hasta el 2002, en que se convierte en consejera de Juventud y Deportes del Cabildo, en junio llega a la Presidencia de la primera Institución insular, y en 2007 y hasta 2015, en consejera del Gobierno de Canarias con Paulino Rivero. “Fueron 8 años intensos y muy duros por la crisis económica del 2008. Aun así conseguimos llevar acabo la creación de varias infraestructuras de atención socio sanitaria, importantes y de primera necesidad , como el Centro de Atención temprana, el Centro de discapacidad, el Centro de Rehabilitación psicosocial, diversas infraestructuras, la carretera de Tahíche, la circunvalación o la adjudicación del muelle de Playa Blanca, 44 viviendas de protección social…”, recuerda. “Fue un esfuerzo personal de 8 años cogiendo aviones a diario que no me pesaron nunca por todo lo que suponía de ayudar a Canarias y a Lanzarote que tenía importantes necesidades. La verdad es que mis dos vocaciones, la docencia y la política, me han hecho muy feliz”.
Pero lo cierto es que compatibilizar ambas vocaciones no siempre fue sencillo. “Compatibilizar es muy difícil, porque, aunque tengas el apoyo, de tu marido especialmente y de mis niñas que crecían ayudándose la una a la otra, no cabe duda de que yo como madre me perdía estar con ellas y ellas conmigo…y lo mismo la pareja”, explica, reconociendo que para las mujeres es más complicado. “Es más complicado para nosotras. Aunque no cabe duda que tanto padres como madres lo sufren. Quizá en nosotras se ponga más el foco de la culpabilidad”.
De hecho, de esa semilla nace su libro “Sin género de duda”, y de la convicción de que las cosas se pueden hacer de otra manera y, aunque no es sencillo, ni para hombres, ni para mujeres, el lenguaje es una herramienta clave. “Se puede y se debe hablar, sin usar siempre el masculino genérico. Porque no hace bien ni a ellos ni a nosotras. Y el llamado “lenguaje inclusivo” no ha calado en la sociedad, la gente no lo habla, sí ha servido para ir creando conciencia pero nadie ha propuesto cómo hacerlo más fácil sin que nos aturullemos al hablar desdoblando las palabras. Por ejemplo, en lugar de decir, “Atentos y atentas”, digamos. Atención, o Presten atención”, señala. “Es más importante de lo que creemos porque él lenguaje expresa los valores, pensamientos y comportamientos que tiene la sociedad. Yo creo en el poder de la palabra. Como decía José Saramago: “Las palabras no son inocentes ni impunes, son los materiales de nuestro pensamiento”.
Inés Rojas lleva su Soo natal en el alma, pero también Tinajo. “Vivir en Tinajo, que es un balcón precioso por los cuatro costados, es un privilegio. El pueblo de mi marido y mis hijas, y ya también el mío. Tinajo me acogió, siempre mi impliqué en la sociedad de Tinajo: desde la catequesis, consejo escolar, belenes vivientes, teatros benéficos , política… Gracias Tinajo, sí, les llevo en el alma como si hubiera nacido aquí”.