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Montaña Blanca, tradición en la mesa

 

La quesería lleva 23 años elaborando deliciosos quesos frescos, curados y semicurados con la leche de sus cabras

 

  • Lancelot Digital
  • Jesús Betancort
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    A los responsables de la quesería Montaña Blanca el oficio les viene de lejos. Aunque ahora son Alexis, Yolanda y Dunia Hernández los que se ocupan del negocio que pusieron en marcha sus padres, el amor al queso bien hecho lo heredaron de su abuelo materno. Sin embargo, esta pasión quesera no se convirtió en un negocio hasta 1997. Desde entonces, no han dejado de producir deliciosos quesos que llevan el nombre de donde se ubican, Montaña Blanca.

     

     

    Cuentan con una cabaña caprina de unas mil cabras, que se alimentan de su propia alfalfa cultivada en la isla y que cuidan con mimo a la antigua usanza. “Recibimos unos mil litros al día de leche que se convierte en unos 150 kilos de queso, casi todo fresco, ya que es el que vendemos a diario y el que tiene más salida, pero cuando tenemos más leche hacemos más variedades”, explica Alexis. “Todo el queso que hacemos se vende en la isla, aquí, en nuestras instalaciones, y en muchas pequeñas tiendas repartidas por Lanzarote”.

     

     

    Y son muchas las que tienen además del conocido queso fresco de Montaña Blanca: semicurado, semicurado con pimentón, curado, semicurado al curry, al gofio, a las hierbas… “A veces hacemos algún experimento, curándolos al vino, al café, al aceite… pero siempre en pequeñas cantidades”, explican, apuntando que muchas veces elaboran quesos por encargo.

     

    En total, entre puestos directos e indirectos en la propia quesería y cuidando a las cabras, han creado una docena de puestos de trabajo.

     

     

    El proceso de elaboración es constante. La leche va pasando por los distintos procesos de enfriamiento, pasteurización a 32 grados durante doce segundos para eliminar bacterias, pasa a otro tanque para cuajarla y posteriormente pasa a una batea donde se va filtrando y eliminando el cuajo. Posteriormente se moldea, se prensa. “Una vez que está prensado, va la caja y al día siguiente a las casas de los consumidores. Y así, todos los días de la semana, salvo el domingo”.

     

    Alexis explica que la diferencia entre los quesos frescos y los quesos semicurados. “Ponemos los quesos en una salmuera para que coja corteza y, según el tiempo de maduración, tenemos quesos semicurados o curados.

     

     

    Un proceso tradicional que da como resultado un producto único y hecho aquí, en Lanzarote.

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