Montoncitos de piedras, una moda peligrosa para el medio ambiente
La 'patrulla antimonturros' del CEIP El Quintero y el IES de San Bartolomé recupera Montaña Roja en Playa Blanca
- Lancelot Digital
El pasado lunes 27 de mayo la 'patrulla antimonturros', como se denominan ellos mismos, retomó su lucha contra la moda de apilar piedras en nuestros espacios naturales. En esta ocasión el alumnado de primaria del CEIP El Quintero y de 1º de la ESO del IES San Bartolomé han unido sus fuerzas para reorganizar el espacio natural de Montaña Roja en Playa Blanca.
Bajo el proyecto “Mírame y no me toques: No dejes tu huella”, iniciado en el CEIP El Quintero por la docente y coordinadora del programa de acciones para el fomento del patrimonio social, cultural e histórico canario, Luz María Duque Dorta, se da continuidad a una serie de actividades promovidas para recuperar y restaurar los espacios naturales de la isla que se ven sometidos al acoso constante de una moda de consecuencias nefastas para los ecosistemas insulares, al margen del grave impacto visual que ocasionan.
Según destacan las organizadoras de esta 'cruzada' contra la moda de apilar piedras en las zonas sensibles de la isla, la profesora Guayarmina Reyes Medina, jefa del Departamento de Geografía e Historia y también coordinadora del programa de acciones para el fomento del patrimonio social, cultural e histórico canario del IES San Bartolomé, motivada por el impacto y la repercusión que esta moda está teniendo sobre nuestro paisaje, decidió emprender con su alumnado diversas acciones para concienciar sobre la alteración que esto produce en el medio.
Ambas docentes abordan el proyecto conjuntamente, preparando actividades de aprendizaje: "¿Se trata de arte, una moda, vandalismo? Algunos alumnos y alumnas de 2º de primaria, con solo 7 y 8 años, han sido capaces de impartir una charla a alumnado de 1º de la ESO del IES San Bartolomé, haciendo tomar conciencia a los mayores del grave daño medioambiental, de la alteración de los ecosistemas, de los procesos erosivos que producen desertización y pérdida de suelo, de la alteración del hábitat de las distintas especies de flora y fauna, sobre todo invertebrados, así como de la modificación del propio atractivo natural de cada uno de los rincones de esta isla. La conclusión: no se trata de arte".
Analizado y estudiado el problema en el aula, ambas docentes deciden intervenir en un espacio muy dañado y muy alterado, como es el caso de Montaña Roja en Playa Blanca, donde proliferan montículos, nombres, formas geométricas, etc..
El alumnado de 1º de la ESO se une así a la 'patrulla antimonturros' para volverlo hacer, desmontar lo que se ha alterado y tratar de devolver ese espacio a su estado natural, no sin antes haber recibido la formación necesaria para proceder a deshacer los apilamientos y recolocar las piedras de la manera más natural posible, sin perjudicar a la fauna terrestre, ni a la flora, teniendo en cuenta la cara de la piedra que posee líquenes y, por tanto, su orientación geográfica.
De este modo, el alumnado toma conciencia de que "desmontar estas construcciones tiene que hacerse con cuidado y seguridad, no lanzando las rocas contra el suelo, sino colocarlas con cuidado sin tapar la vegetación, ni tampoco hacer pequeños corralitos a modo de soco alrededor de las plantas".
El aprendizaje de esta formación, pues que la isla es bella en sí misma y no necesita que dejemos nuestra huella a su paso. "No es arte, no es vandalismo, es desconocimiento. Este chiquillaje ha aprendido a valorar lo que nos rodea y a tratar de concienciar a todos aquellos que vulneren la belleza natural. Proteger nuestra isla, cuidarla, concienciar, ponerla en valor.
Toda la caldera de Montaña Roja, abarcada completamente por estas construcciones, quedó limpia de letreros de piedras y demás adornos".