O se riega el viñedo o se muere
Desde el Consejo Regulador de la D.O Vino de Lanzarote se apuesta por el riego artificial sobre todo para las viñas de Tinajo y las vides plantadas en zanjas
A perro flaco, todos son pulgas. El sector vitivinícola de Lanzarote puede pasarlo realmente mal el próximo año si sigue sin llover. Hace casi cuatro años que no llueve de verdad y muy poco en el acumulado de la última década. De ahí que el presidente del Consejo Regulador de la Denominación del Vino de Lanzarote, Víctor Díaz, señalara en Café de Periodistas que se van a perder viñedos si no llueve.
“Cada año vamos a peor, este año la caída de fruta ha sido muy importante y, si no hay un milagro de aquí a fin de año, muchas plantas se perderán”, señalaba.
Díaz cree que hay que plantearse el riego artificial sobre todo para las viñas de la zona de Tinajo y las vides plantadas en zanjas.
“Yo creo que La Geria es casi la menos afectada por la situación, por la gran altura de picón que tiene que hace que siga teniendo reservas, pero tal vez la zona más pobre es la de Tinajo, con zanjas con poca altura de picón, son las más secas en la actualidad”, señalaba.
El representante del Consejo Regulador pidió a las autoridades que no dejen olvidado el Plan Especial de La Geria por la pandemia. Entiende que ese Plan es esencial para dar seguridad a los bodegueros y para asegurar el futuro del paisaje de La Geria.
“Ahora mismo está todo parado, sabemos la situación y que hay otras prioridades, pero por favor, no abandonen esto y sigan trabajando para sacar adelante el plan porque si no esto traerá consecuencias”.
Una buena noticia es que a pesar de la disminución del Turismo por la pandemia en julio y agosto se vendió incluso más vino.
“Agradezco al sector de la hostelería y la alimentación porque han tirado de producto local. Se ha vendido muchísimo vino en agosto, incluso se han sobrepasado los números de agosto de 2019”, señala.
Este año la cosecha de uva ha sido de las llamadas cortas con escasamente un millón trescientos mil kilos, un millón menos de kilos que la cosecha de 2019