“Pedro San Ginés discrimina por precio los productos de la tierra mientras él le cuesta a los conejeros casi 90.000 euros anuales”

Nueva Canarias continúa criticando la compra de la sal en Murcia y le responde al presidente del Cabildo que “si tanto le importa el control de gastos, comience él por igualarse el sueldo al resto de políticos canarios”
Lancelot Digital
Nueva Canarias cree que “los argumentos que ha dado el Grupo de Gobierno del Cabildo en relación a la polémica de la sal en el día del Corpus no convencen a los vecinos de esta tierra, que una vez más se dan cuenta de la doble moral de los pseudo-nacionalistas que dirigen la primera institución insular y que se han caracterizado en los últimos tiempos por discriminar el producto local de esta isla, haciendo políticas favorables a un presidente de gama alta que gasta en productos low cost”.
Desde la formaciçon recomiendan a San Ginés que, “si tanto le importa el control de gastos en la primera institución de Lanzarote, comience él por igualarse el sueldo al resto de políticos canarios”. “Es inconcebible que su compañero de filas en Fuerteventura, Mario Cabrera, presidente del Cabildo de Fuerteventura, cobre 59.223 euros mientras el sueldo de San Ginés asciende a 78.414 euros anuales, añadiendo como extra los 600 euros que cobra en cada reunión que participa en la Autoridad Portuaria de Las Palmas”, señalan desde Nueva Canarias.
El partido indica que “gracias a los impuestos que se recaudan de las empresas locales, a las que el Cabildo de Lanzarote se niega a apoyar comprando productos en la península, se puede pagar el elevado sueldo de nuestro presidente Pedro San Ginés”. “A Nueva Canarias le hubiera gustado que San Ginés hubiese tenido la misma sensibilidad por el dinero público el día que decidió comprar una casa destinada al futuro Museo Arqueológico de Lanzarote y que a los conejeros nos ha costado casi dos millones de euros”, añade.
Nueva Canarias no entendemos “cómo el Cabildo de Lanzarote gasta cantidades desorbitadas en la promoción de Saborea Lanzarote (aún se desconoce cuánto está costando esto a todos los lanzaroteños), actividad supuestamente encargada de promocionar productos de la tierra y luego se recurre de manera incongruente a la compra de sal fuera de la isla”.
“Acciones como esta deberían hacernos recapacitar sobre el grado de responsabilidad que pueda tener el Cabildo de Lanzarote en la situación de abandono en la que se encuentran algunas salinas de la isla”, concluye la formación.