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Pedro San Ginés: “Me estoy planteando ser padre, aunque sea soltero”

El presidente del Cabildo de Lanzarote se define como un hombre tímido, estudioso, trabajador, nada ligón y apasionado de los viajes


  • Lancelot Digital
  • Jesús Betancort
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    -¿Cuál es tu primer recuerdo de infancia?

    -Mis primeros recuerdos, te va a parecer increíble pero es cierto, se remontan a cuando tenía unos dos años, en la primera casa en la que recuerdo vivir, en el Sáhara, en Cabo Blanco. Recuerdo lo que se veía desde la ventana del cuarto en que yo dormía. Viajábamos mucho por el trabajo de mi padre, que era marinero y trabajaba la langosta, y en el Sáhara pasábamos muchas temporadas, yo creo que, justo por esos cambios, tengo recuerdos tan nítidos.

     

    -¿Tienes hermanos?

    -Somos cuatro, dos chicos y dos chicas. Yo soy el pequeño…

     

    -¿El más mimado?

    -(risas) ¡No! Bueno… supongo que sí.

     

    -¿Pasabas el verano en la isla o salías fuera?

    -Mis veranos están vinculados a la pesquería, al Puente de las Bolas o al Reducto, al que Iba mucho -a este último- con mis hermanas.

     

    -¿Qué recuerdos tienes de esos veranos?

    -Pues son recuerdos muy bonitos, la verdad. Nosotros no salíamos a ningún sitio, salvo alguna vez que íbamos a algún apartamento en construcción de la empresa en que trabajaba mi hermana, nos quedábamos en Arrecife o, como mucho, en Playa Honda con un amigo.

     

    -¿Eras bueno o eras trasto?

    -…(silencio) hombre… he de admitir… cuando volvimos de Tarragona, con nueve años, no tuve las mejores influencias con la ‘Banda Amarilla’ de Titerroy… éramos algo “gamberrillos”. A ver cómo lo explico. Yo era muy buen estudiante, siempre lo he sido, pero no estaba en el grupo más aplicado. De hecho, llegaron a llamarme primero “el estudiante” y luego después el “hawaiano”, por mis vínculos con el Sáhara, ellos no distinguían… imagínate… luego ya cambié de grupo de amigos, para tranquilidad de mi madre. Llegamos a tener un cuartel general, en la trasera de lo que hoy es la Caja de Ahorros de Titerroy, de tres plantas hechas con palés…

     

    -¿Cuál era tu comida favorita de pequeño? ¿Y qué plato no te gustaba nada?

    -No me gustaba nada el potaje de lentejas, espeso, eso me parecía un ladrillo. Y lo que más me gustaba, de niño, eran las langostas. He comido más de las que podía pagar, porque mi padre las traía a diario.

     

    -¿Qué querías ser de pequeño?

    -Pues, va a sonar muy tópico, pero astronauta. También me hubiera gustado ser deportista de élite.

     

    -¿Qué recuerdos tienes de tu época universitaria?

    -Yo estudié en Tafira, en el bunker universitario. Salías de casa por primera vez y te tenías que arreglar tú sólo, con gente que, en mi caso, no conocías. Tengo muy buenos recuerdos, fue una época muy bonita.

     

    -¿Por qué elegiste Empresariales?

    -Me hubiera gustado estudiar Educación Física pero, en aquella época, aún no había posibilidad de hacerlo en Canarias´, así que me decidí por Empresariales que era una carrera con salidas.

     

    -¿Qué te arrepientes de no haber hecho?

    - Creo que en la vida hasta de los errores se aprende. De lo único que me podría arrepentir es de haberle hecho daño a alguien, pero no creo que el arrepentimiento sea una actitud constructiva. De los errores hay que sacar conclusiones positivas para no repetirlos.

     

    "No soy nada ligón"

     

    -Piensas que el primer amor no se olvida…

    -¿Me hablas del primer amor o la primera relación? Si es el primer amor, yo recuerdo a la primera niña que me gustó… en el parvulario. Te podría hacer una lista desde esa edad hasta que tuve la primera pareja, con 17 años, que me aguantó otros 17 años más.

     

    -¿Eres de los que ligaban o te dejabas ligar?

    -Aunque tenga fama de presuntuoso, lo cierto es que no soy nada ligón. Nunca lo he sido porque, para estas cosas, siempre he sido muy tímido. Tenía que estar muy seguro de que era algo recíproco para atreverme a dar el primer paso. Hombre, con la edad, uno se va soltando, pero nunca he sido ligón.

     

    -¿Te apañas en la cocina o cocinas para sobrevivir?

    -Mejor no entro. No la practico, es pura supervivencia. Como mucho fuera o en casa de mi hermana que es muy buena cocinera, como mi madre.

     

    -Un vino…

    -Cualquier blanco seco de Lanzarote. Hasta hace unos 15 años era más de vinos tintos de la península o casero, pero el vino blanco ha dado un salto hacia delante espectacular. Y lo mejor es que las cosechas están vendidas por completo, eso es una bendición para la agricultura insular.

     

    -Tu plato favorito…

    -Soy muy sopero, la sopa de mariscos me encanta.

     

    -Proyecto personal pendiente...

    -Pues te voy a decir que, a estas alturas de mi vida, me estoy planteando ser padre, aunque sea soltero. Es una decisión que tendré que tomar pronto porque si no sería más abuelo que padre, pero sí, me lo estoy planteando.

     

    "Me hubiera gustado ser músico"

     

    -Una juerga de las memorables…

    -Las juergas memorables (risas) son inconfesables…

     

    -¿Con qué compañero, que no sea de tu partido, te irías de fiesta?

    -Me iría con Pancho Hernández, con Gladys, con Astrid, Oscar Noda, Pepe Dorta y con José Montelongo, entre otros muchos.

     

    -Si pudieras elegir haber nacido con una habilidad concreta, ¿con cuál te hubiera gustado contar?

    -Me hubiera gustado ser músico. Tocar la guitarra… tener un grupo. Hice mis pinitos para aprender, pero ahí se quedó la cosa.

     

    -¿Qué libro te ha marcado?

    -‘El Perfume’ de Patrick Süskind. Lo leí con veinte años y me marcó. A veces los olores nos transportan a algún lugar en el que hemos estado o nos traen recuerdos.

     

    -¿Eres lector habitual?

    -Pues ahora mismo soy lector habitual pero no de libros. Siempre estoy leyendo cosas relacionadas con el trabajo. Leo libros que me ayudan a reflexionar, a entender algunas cosas y hago talleres de crecimiento personal… a veces hay que trabajar ciertos valores para intentar ser más feliz y para que no te afecten tanto los ataques personales.

     

    -Una película especial, y ¿por qué lo es?

    -‘La misión’, siempre me ha llamado poderosamente la atención la conquista del nuevo mundo, el choque de culturas que perduran a día de hoy en algunos lugares, a diferencia de Canarias.

     

    -Una canción, cantante o grupo.

    -Bruce Springsteen, un monstruo.

     

    "La única erótica del poder que entiendo es poder mejorar la cosas"

     

     -¿Te consideras trabajador?

    -Sí, creo que lo soy. Soy muy consciente de la responsabilidad que tengo y creo que el no tener familia que dependa de mí, me permite dedicarme en exclusiva. Le dedico muchas horas al trabajo, me gustaría poder hacerlo aún mejor, si fuera posible. La única erótica del poder que sí he sentido es que, con trabajo, se pueden cambiar las cosas a mejor. Pero para eso hay que dedicar muchas horas y mucho trabajo.


     Un viaje único que no puedes olvidar.

    -Lo tengo por hacer. He viajado mucho. Creo que en lo mejor puede uno dedicar su tiempo y su dinero es viajar y conocer mundo y culturas. He cruzado el charco más de diez veces y he visitado más de 30 países, casi todos antes de ser presidente. Con mi primera pareja, todo lo que ahorrábamos lo gastábamos en viajes. El viaje que me queda por hacer es a África, me encantan los animales y la naturaleza y es el continente que más me llama. Y de los que he hecho, me quedaría con Capurganá, un pueblo colombiano en la selva de Darien, que hace frontera con Panamá. Se llega en barco o en avioneta. Playas paradisíacas y el caballo como medio de transporte.

     

    -Y si pudieras elegir un deseo para ti y otro para Lanzarote, ¿qué pedirías?

    -Para mí pediría que me hiciera más feliz esta entrega total a la política que he decidido y creo que estoy en el buen camino. Y para Lanzarote, pediría menos pobreza, menos desempleo, y más felicidad colectiva y menor crispación política gratuita.

     

     

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